He pasado mayor parte de mi vida enamorada de la soledad, no, no enamorada... Me han impuesto la soledad. Largas noches de vela imaginando qué habrá más allá de la ventana, o si valía la pena saltar de ella.
Amaba las historias en la pequeña TV, por...
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Supe entonces que te quería,
pero tú nunca lo supiste,
porque yo me lo tomé con calma,
cuando tenía miedo a dejarme llevar.
Sé que te necesitaba,
pero nunca lo demostré.
Pero quiero quedarme contigo,
hasta que tengamos canas y seamos ancianos.
Solo di que no te darás por vencida (no me soltarás).
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James Arthur – Say you won't let go
- ¡Alto! – La voz de Leom detiene nuestros pasos, viendo el portal abrirse más ante nuestros ojos - ¿Eso significa que es tu TIO? – Grita la última palabra señalando con ojos muy abiertos a Laggo.
- Cállate – Soltamos los tres dando un paso dentro del vasto bosque. Quisiera olvidar lo atractivo que me pareció el hermano de mi padre, un escalofrío sacude disimuladamente mi cuerpo.
- Esperen – una suave voz nos detuvo - ¿Podemos ir también? – Una humana. Con dos pequeños humanos que sostenían tenebrosos sus manos. – Nosotros – Pausa tragando saliva, analizando los rostros confundidos y con disgusto que se dirigían a ella – Por favor – Termina cerrando sus ojos e inclinándose, su cuerpo tembloroso mostraba su temor y no sabía decir si era producido por a quienes se dirigía o la posibilidad de ser dejada atrás.
- Idest – El susurro de Laggo llama mi atención – Creo que siguen esperando tu respuesta – Y aún siguen en la misma posición, soltando un suspiro me acerco a la chica escuchando las exclamaciones contrariadas a mis espaldas y el jadeo que sueltan los menores, escondiéndose detrás de su cuerpo. Mis ojos se cierran, mi mano se alza hasta su cabeza y puedo ver allí lo que suponía, el miedo al abandono. El mismo miedo que tantas veces sentí y era tan difícil de abandonar.
