He pasado mayor parte de mi vida enamorada de la soledad, no, no enamorada... Me han impuesto la soledad. Largas noches de vela imaginando qué habrá más allá de la ventana, o si valía la pena saltar de ella.
Amaba las historias en la pequeña TV, por...
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Abrí la puerta, entré y en el momento que tomé mi primer paso, he estado a tu lado hasta ahora
Abrí la ventana, un ave está volando, estoy sonriendo, pero no puedo ver en cualquier lugar
Vagamente caí profundamente en mi cuerpo, derritiéndome mientras cierro los ojos
¿Crees en el misterio? Te voy a mostrar todo
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Red Velvet - (Be) Natural
- Cuando tenia cinco, en mi casa había una gran mata de cerezas y obviamente amaba las cerezas – Sonríe mirando un punto fijo, perdido en el valle de los recuerdos – estaba tan ansioso por ellas que no sentí la necesidad de llamar a nadie – Pausa riendo – Solo quería conseguirlas. Busqué una silla, pero no alcanzaba. Busque una rama, pero era tan débil que termino rompiéndose y por último mi opción fue lanzar una piedra. Tuve que tomarla entre mis dos manos y la lancé – Rasca su cabeza posando sus ojos en cada uno – Pero no le había pasado ni de cerca y terminé golpeando un panal de avispas. No recuerdo el dolor, no recuerdo el llanto, pero si las cerezas que parecían burlarse de mí desde lo alto – Sorbe de su jugo haciendo ruidito – Y así terminé con esto –Señala la pequeña marca en su mejilla
He tenido pocos recuerdos de mi niñes, me sorprende que alguien recuerde algo que sucedió cuando tenía cinco, y me pregunto si mi niñez no fue lo suficiente feliz o triste para recordarla. Todo era tranquilo en este pueblo, era la más grande de mis amigas y realmente mis padres recelosos me mantenían bajo su ala. No pudiendo hacer más que mirar a los otros jugar en la distancia.
- Supongo que todos tenemos alguna marca – Laggo atrae la atención de todos, incluso la mía, aunque no soy capaz de levantar la mirada y posarla en él, temerosa de irradiar el arrepentimiento e inseguridad que sentía. Me arrepentía, claro que lo hacía, incluso del pensamiento de que se lo merecía, pero arrepentimiento no significa que pensara lo contrario, es arrepentimiento de no haber actuado de otra forma y dejar que la ira explotará en mí. Soy demasiado cobarde como para mirarlo a los ojos y ver la acostumbrada luz amistosa en ellos desaparecer. Le temía al odio, le temía a quedar sola – Aunque no sean físicas – Murmura posando su mano en mi cabeza, logrando que me sobresaltara. No había notado el momento en que se había acercado a mi lado, sus manos acarician mi pelo juguetonamente – Olvidemos lo que pasemos ¿Sí? – Se levanta iniciando su caminata a la puerta principal
