10: Cambio De Rutina

144 27 6
                                    

Toni se hallaba sentado en una de tantas sillas de aquella sala de reuniones, Gordon sostenía un par de carpetas mientras miraba al rubio fijamente.

— ¿Y bien? — preguntó con aquella amabilidad qué tanto le caracteriza

— No estoy seguro

— Perdón, sé que te dije que te daría tiempo para pensarlo pero... Realmente quiero trabajar contigo más de cerca

— ¿De cerca?

— Eres un buen chico Toni, estoy seguro que puedes hacer mucho más que simplemente encerrarte entre decenas de almacenes

— Creo que tienes demasiadas expectativas en mi

— Sé que vales mucho, tal vez no me creas pero... En verdad te has convertido en una persona maravillosa para mí

Toni levantó la mirada, su rostro se sentía cálido por tan sólo escuchar aquellas palabras salir de los labios del hombre al qué amaba.

— Acepto... Puedo intentarlo pero no puedo asegurarte de que realmente pueda cumplir con tus expectativas

— No te voy a presionar, puedo ser paciente... Solamente quiero tenerte cerca — confesó al desviar un poco la mirada

— Sí, entiendo — sonrió timidamente

— Podemos ir a la otra comisaría si quieres, ya sabes para que la conozcas y pueda explicarte las labores qué vas a ejercer — Gordon miró al rubio, aquella diminuta sonrisa no pasó desapercibida

— No se si debería... Es decir, llego tarde a trabajar y encima me retiro a pasar el rato en otro lugar... No me parece algo muy correcto

— No te preocupes, a partir de mañana tus responsabilidades serán otras, toma esto como parte de tu labor

— Si tú lo dices entonces supongo que está bien

— Adelante, ven conmigo

Toni se levantó de su silla, se encontraba nervioso por el cambio de rutina qué tendría que afrontar, tenía muchas dudas sobre si realmente podría serle de utilidad a Gordon, pero si este se empeñaba a insistirle, entonces quizás podría darse una oportunidad.

En cuestión de minutos de viaje en el vehículo policial del comisario, finalmente llegaron a la comisaría de Davis, Toni seguía al castaño por los pasillos del lugar, el ambiente hasta en ese entonces era muy tranquilo, casi como si no existiera otro ser humano en ese lugar, muy diferente al ambiente caótico de la comisaría donde había trabajado hasta aquel momento. Gordon llevó consigo al rubio hasta una oficina la cual era amplia y con una buena iluminación, la habitación contaba con un escritorio grande, teléfono, una computadora y con anaqueles donde yacian lo que parecía ser carpetas con información.

— Hacen falta un par de cosas más para amueblar esta oficina pero por lo pronto debería estar bien

— Es una linda oficina

— Es tuya a partir de ahora

— ¿Para mi? No sé si deb-

— Serás mi asistente personal, la persona que me ayudará en todo... Es necesario que tengas tu propio lugar para ti

El castaño avanzó un par de pasos hasta quedar frente al rubio, posó su mano sobre el hombro del menor y acto seguido le dedicó una gran sonrisa, un gesto el cual causó cierto nivel de felicidad en el chico.

«¿Cómo es posible sentir tantas mariposas revoloteando por simplemente una sonrisa tuya? Dime Gordon ¿Por qué mi corazón sigue empeñado en amarte sabiendo qué no tengo posibilidad alguna?»

Toni cerró los ojos, sentía que su alocado corazón podría delatarle, Gordon era un hombre maravilloso... Cada día estaba más y más seguro de ello. Deseaba poder tomar su mano, siendo más atrevido quizás poder besarle y buscar refugio en sus brazos cada vez que se sintiese temeroso, sin embargo aquello sólo podía quedarse como una simple fantasía, un sueño por el cual debía considerarse demasiado ambicioso por su parte.

El comisario por su lado, se quedó observando al menor, verle con los ojos cerrados le daba la oportunidad de mirarle detalladamente sin hacerle sentir incómodo, el chico era como una flor amarilla, una flor con una belleza discreta y a la vez con una extraña delicadeza, algo tan frágil qué daba la impresión de que podría dañarle si no tenía cuidado.

— Toni ¿Puedo darte un abrazo? — el comisario tuvo una repentina necesidad de abrazar al chico, tenía el deseo de expresar de alguna manera lo mucho que quería protegerlo

— S-sí puede — la mirada del menor se llenó de brillo, no pudo evitar llevarse la mano al pecho como si quisiera tranquilizar a su corazón

Gordon acortó aún más la distancia con el más bajo, sus brazos rodearon el cuerpo del chico para así atraerle hacia él, Toni se apoyó de forma inconsciente en el pecho de su jefe, se sentía muy seguro con él, un sentimiento de bienestar imposible de describir. El castaño llevó su mano sobre la cabeza de Toni dando un par de caricias, Gordon cerró los ojos mientras se aferraba aún más al abrazo, no encontraba una explicación por lo mucho que ese chico significaba para él, era un abrazo en que ninguno de los dos deseaba qué terminara.

No obstante el bello momento fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose, Gordon soltó a su protegido mientras qué este se giró para ver quien había sido el qué interrumpió tan significativo instante para ambos.

— Conway ¿Qué haces por aquí?

— Escuché ruido así que vine a ver — respondió el hombre al mirar fijamente a un rubio el cual nunca antes había visto

— Bueno entonces es un buen momento para presentarte a Toni — el castaño posó ambas manos sobre los hombros del chico

— Un gusto... Soy Toni — saludó el rubio sin levantar la mirada, estaba sumamente nervioso al ser observado por un completo desconocido

— Jack Conway, un placer — respondió el hombre sin más

— Toni es mi asistente, así que trabajará en esta oficina a partir de mañana

— ¿Asistente? ¿Desde cuando necesitas un asistente?

— Soy el comisario de esta ciudad, simplemente a veces no puedo estar presente en absolutamente todo, Toni es un chico de mi absoluta confianza así  que él será quien me ayude a poder administrar todo de manera más eficiente — sonrió al dar un pequeño masaje sobre los hombros del rubio

— Entiendo... — el hombre miró una última vez al chico que parecía un animalito tembloroso — iré a patrullar, nos vemos después

— Qué tengas buen servicio — se despidió el castaño

— Si adiós Gordon... Y Toni

— A-adiós señor C-conway — se despidió a duras penas el más joven de los tres

El hombre de aspecto intimidante salió de la oficina, Toni pudo suspirar de alivio después de aquel primer encuentro, aquel tipo había despertado todas las alarmas en su persona, básicamente supo desde el primer instante qué tratar con aquel tipo, podría causar emociones demasiado inestables.

— Conway es un agente de la policía secreta, es un tipo bastante complicado pero no es mala persona — mencionó el castaño al voltear el cuerpo del rubio con lentitud hacia el

— Ya veo

— ¿Te da miedo?

— No... Simplemente me ha sorprendido — mintió, en verdad si qué le dio miedo

— Tranquilo, ya tendrás mucho tiempo para conocerlo mejor, adelante toma asiento en tu nuevo escritorio, vamos a hablar acerca de cuales serán tus nuevas responsabilidades

— De acuerdo

El rubio fue avanzando por la habitación para dirigirse a su escritorio, Gordon le miró caminar con una sonrisa, estaba muy contento de poder tener al chico trabajando para él, tenía muchos deseos de poder pasar más tiempo con él y así estar siempre para él cuando lo necesite.

Continuará...

Comunicación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora