7: Calma

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El rubio había dejado de llorar, sus ojos estaban enrojecidos nuevamente y constantemente tenía que sonarse la nariz, Gordon continuó conduciendo por la ciudad con tranquilidad, de vez en cuando daba un vistazo hacia el chico para comprobar su estado.

— ¿Te sientes mejor? — se animó a cuestionar con una leve sonrisa

El rubio asintió antes de arroparse con la manta — perdón... Por causarle tantos problemas

— Háblame de tú, ya te había dicho que puedes dejar la formalidad conmigo

— Sí... Desde luego

— ¿Tienes hambre? Puedo comprar algo para ti

— No quiero molestar

— Tú nunca serás una molestia para mi ¿De acuerdo? — el castaño le dedicó una gran sonrisa — además yo si estoy muy hambriento ¿Te parece bien si compro algo y lo comemos los dos? Esta vez, tú y yo a solas

Toni levantó la mirada, por un momento miró fijamente a Gordon, quería saber si estaba siendo honesto, si en verdad era su deseo comer algo con él a pesar de la bochornosa experiencia que le dejó en la mañana, el rubio sintió un alivio en su pecho, aquellos ojos verdes del castaño le transmitían calidez, una mirada totalmente sincera y de buenas intenciones, al final después de todo lo ocurrido, Gordon no cambio su actitud con él, no le menospreció y mucho menos dejó de ser tan amable.

— Sigo pensando que tus ojos son lindos... Es un desperdicio ser el único que tiene la dicha de verlos

— No... diga eso — el rubio se encogió en su asiento, debido a que ya estaba más tranquilo después de su crisis, entonces ya podía recordar la vergüenza que le producía estar junto al comisario

— Es la verdad, como me has mirado... Eso me da la señal de que es un sí a mi propuesta ¿Hay algo que quieras en especial?

— Elije... tú

El castaño condujo hasta una cafetería cercana, ingresó al establecimiento y dejó al rubio dentro del vehículo, Toni miraba las vistas de la ciudad nocturna, tenía algo de frío producto de su ropa sin secarse, aunque tampoco es que tuviera deseos de decir algo al respecto, ya demasiado estaba haciendo Gordon con ofrecerle ayuda.

Al pasar unos minutos, pudo ver al castaño regresar con las bolsas de compra, el hombre condujo un poco más hasta llegar a una zona donde había un pequeño estanque, el rubio y el castaño salieron del vehículo, Gordon le ofreció al menor un café con leche caliente y un par de mochis, mientras que él tomó un café normal. Toni seguía con la manta cubriéndole, sus manos sostenían la bebida caliente, dando pequeños sorbos por momentos.

El cielo estaba bastante lleno de estrellas, el rubio las miraba con atención, Gordon por su lado simplemente seguía observando a Toni, le gustaba mirarle, se había dado cuenta de que realmente le llamaba la atención, tanto que no podía dejar de pensar en él, era demasiado el interés que era capaz de lo que fuera con tal verle feliz, nunca le había visto sonreír sin parecer forzado a ello, así que francamente deseaba poder lograr ver aquello algún día, deseaba ver a Toni sonreír ampliamente y el ver esos hermosos ojos brillar.

— ¿Quieres que te lleve a casa después de esto? Y no, antes de que me lo digas, no es molestia hombre — pronunció seguido de una pequeña risilla

— No quiero ir a casa

— ¿Algún inconveniente?

— Simplemente... No quiero hacerlo por ahora

— ¿Y qué harás? ¿Pasarás la noche estando tú solo?

El rubio suspiró, ciertamente aún no era momento de regresar a casa, pero por otro lado podría resfriarse si aún no cambiaba sus prendas.

— Puede dejarme por ahí... Ya veré que hacer

— No puedo dejarte a tu suerte Toni... No después de haberte visto de esa manera

— Sólo... No haga preguntas — el rubio cerró los ojos al sentir el frío viento golpear su rostro

Gordon bebió de su café, no le gustó en absoluto aquella frase del rubio ¿Cómo que no haga preguntas al respecto? Era demasiado evidente qué algo malo ocurría, el comisario quería saber lo que él menor ocultaba, sin embargo tras meditar un poco llegó a la conclusión de que realmente no tenía de otra que mantenerse en aquel límite impuesto por el rubio.

No tenía caso obligarle a confesar el secreto, seguramente se negaría rotundamente a hablar y peor aún, su relación se vería afectada profundamente y sinceramente alejarle era lo último que quería hacer, Gordon quería encontrar la manera de ayudarle pero para ello tendría que pensar con la cabeza fría y no dejarse llevar por sus impulsos.

— Toni, sobre lo de tu cambio...

«¡Maldición!»

El rostro del menor palideció ante la mención de su intención del cambio, en verdad que sería complicado explicar las razones de la petición sin tener que revelar las verdaderas.

— Es curioso ¿Sabes por qué?

— No, no lo sé

— Pues es que yo tenía una propuesta para ti relacionado a eso

— ¿Una propuesta laboral?

— Exactamente — el castaño miró al menor fijamente — quería saber si tú aceptarías ser mi asistente personal

— ¿Asistente?

— Toni... Tú eres un gran chico, eres muy centrado a tus labores y además me agradas mucho... Pensaba en que quizás sería buena idea que trabajaras directamente para mi ¿O tú que piensas?

Toni miró hacia el suelo, su plan había sido que pediría el cambio para alejarse de Gordon y ahora este salta diciéndole que le quería cerca, tal vez eso significaría algo bueno para otras personas, el hecho de tener la posibilidad de estar más cerca de la persona que ama y pasar tiempo con él durante el trabajo, quizás sea la oportunidad perfecta para volverse cercanos, sin embargo estábamos hablando de Toni Gambino.

El rubio tenía un gran nudo en la garganta, no sabía que responder ante ello, le daba miedo pensar en todas situaciones que podría traerle consigo un trabajo como aquel ¿Qué tal si lo hacía mal? ¿Y si terminaba en un ataque de ansiedad al tener que atender civiles que quieran hablar con Gordon? ¿Qué tal si Gordon le termina odiando después de ello? Habían tantas cosas que podrían salir mal.

— ¿Toni?

— ¿Puedo... Pensarlo?

— Por supuesto, no tienes que darme una respuesta ahora mismo, si necesitas pensarlo pues tómate tu tiempo ¿De acuerdo? — el castaño sonrió de forma cálida mientras apoyaba si mano sobre el hombro del menor

— Gracias — el rubio frotaba sus dedos al sostener el vaso de la bebida caliente, Gordon era muy cálido como persona y eso le hacía sentir a salvo por momentos

— Deberías cambiarte de ropa, llevas mucho rato así

— Sí... Necesito ir a una tienda de ropa

— Sube al auto y te llevo, si no quieres ir a casa entonces puedes quedarte el tiempo que gustes conmigo

— Eso... Sería muy complicado

— ¿Por qué? ¿Sigues pensando que es una molestia? No sé cuantas veces te tengo que repetir que para mi no representas ningún problema

El rubio suspiró, ciertamente por más que aquel hombre dijera aquellas palabras, simplemente no podía dejar de pensar lo contrario, una sola acción, un par de frases o una mirada podía dar origen a una lluvia de pensamientos y preguntas e hipótesis por todo, nunca actuar sin antes haberlo pensado detenidamente, esa era su regla de vida.

«Soy un necio y estoy seguro de que eso sí que será un problema»

Continuará...

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