𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 14

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Pasaron 3 meses y no cambiaron en nada, la relación entre ellos sigue estando igual que el principio. Jonathan llamándola para verse, verlo pelear y después encontrarse en cualquier lugar para tener sexo, agotando la capacidad de esperanza que queda en el corazón de la mujer.
No sabe que hacer porque el boxeador le robo el corazón y no lo quiere perder, aunque es tan difícil que las cosas cambien porque la sigue rechazando cada toque, quiere abrazarlo o pasar una noche pegados y Jonathan la evade, mirándola con esos ojos solitarios y duros.
La realidad es tan desgarradora para Camila, estando atada de pies y manos.
La carrera de Jonathan se está despegando a un éxito absoluto, obteniendo cada vez más dinero por sus peleas, aunque no se siente contento.
En este tiempo que paso, todo lo que le hizo a Camila le está pasando factura porque se siente tan arrepentido de haberle hecho tanto daño, la lastimo de mil maneras y no quiere hacerle más.
Quiere ponerle fin al despecho que sufrió gracias a una mujer que no lo merece y ahora lastimo a una mujer que demostró que lo quiere de verdad, estando con el mientras buscaba darle afecto y aun así la rechazaba, como curaba sus heridas al terminar la pelea.
En estos meses en una lucha interna, cuerpo a cuerpo entre su mente y su corazón, en la que termino ganando por nocaut su herido corazón, el que está renaciendo gracias al amor de la mujer.
Una mujer que merece todo su amor y de la que está enamorado con toda su alma, más de lo que se imagina y no puede soportarlo más. Está al borde de su voluntad y resistencia.
Mañana tiene una pelea muy importante y quiere que su Camila esté ahí con él, por eso le manda un mensaje para verse antes de la pelea, necesita mucho de sus mimos y ánimos.
Mensaje: Te necesito mucho, gatita... mañana te espero a las 7 de la tarde en el centro deportivo.
Quiso ponerle te amo en el mensaje y no se atrevió a hacerlo, traga saliva y espera su mensaje con todo su anhelo.
En ese momento, Camila está tomando el té con Lucia y Karen, su celular empezó a sonar y lee el mensaje de Jonathan, suspira y su mirada se pierde en un lugar recóndito.
- ¿Es el Camí?
La mujer no le respondió, Karen y Lucia se miran entre si antes de ver a una Camila en las nubes.
-Te estoy hablando Camila.
Escucha la voz de Lucia y entra en sí.
- ¿Qué?
-Que si es él.
-Si, me mando un mensaje para que mañana vaya a verlo... tiene una pelea.
-No vayas. -Dice Karen. -Siempre le das el gusto y el no hace nada.
-No se que hacer.
-Dile que no.
-No es tan fácil. -Desesperada. -Ya basta Karen.
Le pone fin a esa discusión y la entienden completamente.
Camila no le respondió al mensaje porque a ciencia cierta no sabe que hará, ya no quiere una relación que le está haciendo daño y no quiere terminar mal gracias a un hombre que no la ama.
Vuelve a su casa y se prepara la comida antes de acostarse.
A la madrugada, Jonathan está durmiendo mientras una pesadilla lo inquieta.

Sueño de Jonathan:

-Te amo Camila, juro que te amo y siento tanto haberme callado este sentimiento por ti pero por favor, no me dejes.
Ella está llorando desconsoladamente, dudando de las palabras de un hombre completamente desesperado.
-Tienes que creerme, mi amor, me enamore de ti como un loco... no me dejes por ese tipo.
-El me demostró que si me quiere. -Destrozada. -No como tú que me rechazabas todo el tiempo, quería darte todo mi amor y lo tiraste a la basura. -Llorando. -Ya no quiero saber más de ti, no quiero verte más en mi vida Jonathan.
-No, no. Es imposible que me dejes, me amas. Me amas como yo te amo.
-Eso es pasado... ya no te amo Jonathan, ¿Cómo me voy a enamorar de un tipo que solamente me utilizo en estos meses?
-Tienes que entenderme... no fue fácil.
- ¿Y crees que fue fácil para mí? -Levanta la voz. -Ya es tarde, desaparece de mi vida.

Fin sueño de Jonathan.

El boxeador se despierta sobresaltado y sin poder respirar, la pesadilla lo llevo a un estado de desesperación y más al no obtener ninguna respuesta de Camila.
Pensó en lo peor y salta de la cama para salir de su casa. Lo único que quiere es verla y asegurarse de que todo está bien.
Unos minutos después, la mujer está descansando cuando el timbre de la casa suena, se estira suavemente y va a ver quien es. Levanta el teléfono y responde para saber quien la está esperando abajo.
- ¿Quién es?
-Soy yo.
Escucha la voz de Jonathan y no sabe que contestar.
- ¿Qué quieres? ¿Acaso no te das cuenta la hora que es?
-Por favor gatita, te lo suplico...
-Está bien, ahí voy.
Corta enseguida y se apresura para cambiarse, baja hasta la planta baja y lo ve afuera.
- ¿Qué haces aquí?
-Tenemos que hablar. -Desesperado.
- ¿Por qué no esperas a mañana? Son las 4 de la madrugada Jonathan. -Molesta.
-No me respondiste al mensaje, ¿pasa algo?
Hay un silencio en ella, un silencio que lo llena de miedo.
-No creo que pueda mañana. -Baja la cabeza. -Y creo que es mejor que terminemos esto Jonathan, porque no puedo soportarlo más.
Fue lo más difícil que pudo haber dicho, darle fin a una historia que solamente le hizo daño pero aun así lo ama.
- ¿Qué dices? -La toma entre sus brazos. -Eso no puede ser gatita, no me puedes dejar.
- ¿Por qué? ¿Qué me puedes decir? Falte a las reglas del juego Jonathan. -Llorando. -Me enamore de ti como una loca y fui tan imbécil de pensar que podría cambiarte. -Se ríe mientras no puede calmar sus lágrimas. -Te amo Jonathan, ¿no lo entiendes? Y como te amo nos tenemos que separar.
-No, no.
Quiere tomarla entre sus brazos y ella se quiere soltar de él, no quiere que la toque porque sabe que no seria capaz de aguantar por mucho tiempo.

Devorame otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora