🔞𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 8🔞

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Paso toda la mañana limpiando su departamento, manteniéndose distraída para no pensar en nada.

Por el mediodía, Camila está sentada cerca de la ventana que da a la calle. Su cabeza está apoyada en su mano y su mente está despegada, ni siquiera mira a las personas cruzando la calle, solamente está recordando todo lo que paso en la mañana en ese hotel.

Inicio flashback:

- ¿Eso es lo que quieres? Porque no quiero que te enamores de mí, gatita... te enamoras de mí y me voy.

-No estoy enamorada de ti.

-Más te vale...porque lo único que siento por ti es solamente deseo.

La respiración empieza a fallarle, lo tiene tan de cerca que diría cualquier cosa para satisfacerlo. Jonathan la atrae suavemente a su pecho, rodeando su cintura con sus fuertes brazos y las piernas de la señora empiezan a fallarle. Ese contacto cálido la tiene loca, su boca se abre ligeramente, sintiendo la respiración electrizante de su joven amante.

El boxeador se inclino para besarla y ella cierra los ojos, pensando que la besaría en la boca, en cambio, los labios excitantes del hombre se desparraman por su cuello, haciendo que su piel se ponga de gallina y su cuerpo temblara.

El boxeador se inclino para besarla y ella cierra los ojos, pensando que la besaría en la boca, en cambio, los labios excitantes del hombre se desparraman por su cuello, haciendo que su piel se ponga de gallina y su cuerpo temblara

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Se muerde el labio mientras siente su lengua húmeda deslizándose sobre su piel, se arrastro hasta su mentón, mordiendo con suavidad y se separa para mirarla.

- ¿Te gusta lo que te estoy haciendo, gatita?

La respiración de la señora empieza a fallar al escucharlo de esa manera, su voz es tan varonil y fuerte, ella no tiene otra opción que asentir, porque lo desea desde cada fibra de su ser.

-Lo veo en tus ojos. -Sonríe complacido. -Me deseas tanto que estarías dispuesta a aceptar cada cosa que quiera hacerte.

Sus manos gigantes van a la tela de las sabanas y se la quita con prisa, dejándola desnuda completamente. Camila no puede hablar, está perdida por el deseo que siente por aquel boxeador.

Jonathan toma sus senos con las manos, apretando con delicadeza, sus ojos oscuros la miran con tanto deseo y le gustan como ese toque provoco un gemido de ella. Sin aguantar por mucho más tiempo, Camila quiere sacarle la toalla que envuelve la cintura del hombre y esté la frena rápidamente.

-Paciencia gatita... si lo vuelves a hacer tendré que castigarte.

Su corazón se paraliza al oírlo, su interior está saltando como una loca y sus ojos se cierran al besarla apasionadamente, su lengua vivaz se introduce en la boca de Camila y su cabeza se desconecta de su cuerpo, sus brazos rodean el cuello del joven y este la alza rápidamente. Se tiran a la cama y Jonathan está encima de ella, haciendo que ella sea incapaz de moverse.

Sus ojos la miran con una sonrisa en su rostro, provocando que el corazón de Camila latiera como un loco. Vuelve a besarla y parece que la va a comer, siendo incapaz de alejarse de ella.

Sus manos empiezan a acariciar el valle de su piel, haciendo que sea tan placentero para la mujer sumisa, escuchando los suaves ronroneos de su gatita.

Desparrama sus besos desde el mentón hasta sus abultados senos, esos pechos que lo vuelven locos y los toma con su boca, chupando y lamiendo cada rastro de ellos. Ahí los gemidos son más altos, sentir los labios por su piel hace que se mojara y se volviera loca por tenerlo dentro.

Sin embargo, no puede moverse, la tiene sujeta con sus manos y está a su merced, prisionera de un hombre que está envuelto en fuego.

Jonathan se quita la toalla que envuelve su gran pene y la toma de los muslos en el momento que la penetra con fuerza, ella lo recibe con un gemido gutural y las paredes vaginales abrazan el pene del boxeador. La siente tan estrecha que se le escapa un gemido lleno de placer y cierra los ojos apoyando el rostro en el hombro de la mujer.

No pierde el tiempo, empieza a martillarla, moviendo su pelvis con fuerza, chocándose con su carne, solo se escucha los gemidos de los amantes y el boxeador no puede dejar de gemir, siendo incapaz de reprimir sus gemidos, disfrutando se la estreches de Camila. Ella está perdida por la lujuria del momento, es penetrada con tanta fuerza que sus gemidos se llenan por toda la habitación y inclina la espalda, cierra los ojos con fuerza al sentir como se lanza a un precipicio. Abre la boca mientras los gemidos se le escapan, las descargas eléctricas de su cuerpo son mucho más fuertes que su capacidad de razonar.

-Me vengoo oh, no resisto. -Suplica. -Ahhh ahhh.

Jonathan va más allá, se mueve frenéticamente, haciendo que ella no pueda soportarlo más, contrae su rostro y se pierde.

Se viene enseguida y su vista se nubla, le falla la respiración y siente el aliento cálido de su amante golpeando su piel.

-Eso fue increíble gatita...-Suspira. -No sabes lo sexy que eres.

Sus manos acarician su cuerpo sensible y muerde ligeramente sus labios. Ella está tan cansada que decide no hablar.

Jonathan la mira con tanta pasión, remojando sus labios y la besa una vez más, bebiendo de sus hermosos labios.

Fin flashback.

Ella suspira al ser incapaz de quitarlo de su mente, mucho menos de su cuerpo porque todavía siente las caricias y los besos en toda su piel, en sus labios hinchados.

Echa la cabeza hacia atrás y quiere respirar con normalidad, sus dedos se apoyan en sus labios, cerrando los ojos al recordar sus besos.

-No te puedes enamorar de alguien así, Camila... no puedes, no hay amor en está relación. Solo sexo, nada más que sexo con alguien que te gusta.

Busca tranquilizarse, obligándose a no sentir nada por un hombre extremadamente frio.

Se pone derecha y se aleja de la ventana para volver a su vida cotidiana.

Utiliza lo que tiene pendiente del trabajo para concentrarse y está en el living poniéndose al día para el trabajo de mañana.

Devorame otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora