𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 9

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Paso una semana desde aquella noche, una semana que no sabe nada de Jonathan a pesar de haberle mandado mensajes para saber como está, si está vivo o algo.

Es sábado por la mañana y mientras sale de la ducha, su celular empieza a sonar y se envuelve con la toalla, mira la pantalla del celular y atiende enseguida al ver que es Jonathan.

Es sábado por la mañana y mientras sale de la ducha, su celular empieza a sonar y se envuelve con la toalla, mira la pantalla del celular y atiende enseguida al ver que es Jonathan

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-Hola gatita, ¿Cómo amaneciste?

Su voz es tan tranquila y eso le molesta un poco a Camila, que Jonathan este como si nada cuando la ignoro por días.

-Te estuve mandando mensajes y no respondiste a ninguno.

-Estaba ocupado, estuve entrenando toda la semana porque se me acerca una pelea muy importante y como hoy no tengo nada para hacer quiero que nos veamos hoy a la noche, ¿Qué te parece gatita? Debes estar muriéndote de ganas por verme.

Camila cierra los ojos al escucharlo decir eso y se sienta, perdiendo la conexión con la realidad.

- ¿Viste que tengo razón? Se que debes estar muy enojada porque te ignoré en todos estos días, pero no hice otra cosa que pensar en ti gatita... escuchar tus dulces gemidos cuando te hacia mía.

Ella traga saliva sin poder contenerse, su clítoris esta hinchado por la excitación que se está extendiendo por todo su cuerpo.

-Me gustaría que cenemos en ese cuarto de hotel, tomar unas copas de champagne y poder beber de tu piel. -Susurra. - ¿Aceptas o tengo que ir a buscarte?

- ¿A qué hora?

-A las 9 te espero, en la misma habitación. No me hagas esperar.

Le corta la llamada, ni siquiera deja que le conteste dejando a una Camila completamente encendida de pies a cabeza. Se masajea las sienes en busca de paz para su mente, sin embargo, está loca por verlo, apenas son las 10 de la mañana y no tiene idea de cómo aguantara hasta las 9. Se recuesta en su silla antes de empezar a cambiarse.

Mientras, Jonathan está haciendo gimnasia para poder apaciguar la bronca de su corazón, otro día que sueña con Jennifer, está vez riéndose de él, riéndose de un hombre que solamente le entrego a su corazón a una mujer que no vale la pena.

Golpea la bolsa con tanta fuerza, dejándose manejar por esas emociones violentas, llenas de odio hacia a una mujer que le destrozo su corazón.

Sigue golpeando con violencia y su cuerpo está lleno de sudor, solo se detuvo para llamar a Camila e invitarla a ese hotel. Pudo ignorarla por una semana para asegurarse de que no siente nada más que un puro deseo y la utilizaría para saciar sus más bajos deseos.

A pesar de que le atrae mucho esa mujer y le gusta mucho, no puede pasar a más, basando su relación en el sexo, nada serio, sin amor, nada. El no volvería a enamorarse porque sabe lo que eso implica, otra mujer se burlaría de el y no lo va a permitir.

Camila no va a lastimarlo.

Termina de entrenar y se da una ducha, se toma la mañana para planear la noche, llamando a la recepción del hotel y llenarla como quiere. Las peleas que gano lo están llenando de dinero y tiene los medios para pagar esa suite. Corta la llamada cuando tiene todo para la noche y termina su cappuccino. Una sonrisa decora su rostro al saber todo lo que va a pasar entre ellos, las ganas que tiene de saciar su deseo por aquella mujer.

Un tiempo más tarde, Camila baja del taxi y se queda de pie mirando el hotel imponente, sintiendo un hormigueo en su pelvis y toma aire antes de entrar. Habla con la recepcionista para preguntar por Jonathan.

-La está esperando en la suite del hotel.

Le entrega la tarjeta magnética y la señora la agarra enseguida, le agradece y se dirige al ascensor. Aprieta el botón y espera a que el ascensor baje, entra una vez que se abren las puertas y se dirige al piso.

Pasa la tarjeta magnética y la puerta se abre automáticamente, entra en silencio y no encuentra a nadie en la habitación, hay unas velas románticas en unos puntos de la suite y las luces bajas, ese toque le gusto tanto a la mujer. Cierra la puerta y escucha la música suave que se dirige del baño. Se acerca suavemente y ve a Jonathan dentro del jacuzzi, ella se toma su tiempo para mirarlo y sus ojos se abren en el deseo.

-Te estaba esperando gatita. -Tranquilo. - ¿Por qué no te desnudas y entras para estar con papi?

Hace caso sin chistar, empieza a desnudarse y Jonathan lo disfruta, ella deja caer su vestido color azul, dejando ver su cuerpo que solamente es tapado por su ropa interior. El boxeador se muerde los labios y su gran pene está hinchado con tan solo verla. Ella se quita el sostén y luego sus bragas, ve a su amante haciéndole señas para que entre al jacuzzi y lo hace, este la toma entre sus brazos y sus manos van a su rostro.

-Estás hermosa gatita...

Sus labios van a su cuello, besando lentamente su piel expuesta y ella contiene la respiración, dejándose llevar por las caricias que le están propinando sus labios. Jadea con suavidad y su vagina está mojada, la mano del hombre se posa sobre su clítoris y masajea con suavidad.

-Pídele a papi que te haga suya. -Susurra en su cuello.

Levanta la cabeza para morder suavemente su oreja y su cuerpo tiembla.

-Dime que quieres esto tanto como yo.

Ella se muerde el labio con fuerza al sentir esa voz tan varonil y excitante, lo desea tanto, lo quiere. Camila está como loca por un hombre frío.

La hace sentar a horcajadas y ella siente su pene hinchado rozándole el muslo, cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás.

Su amante aprovecha eso para besar sus pechos y la boca de la mujer queda entreabierta, dejando escapar sus jadeos. La mujer no puede soportar sus caricias, solo quiere sentirlo desde lo más profundo de su ser.

- ¿Me deseas gatita? ¿Me quieres dentro tuyo?

-Por favor papi... te deseo tanto. -Traga saliva y lo mira con locura. -Hazme tuya.

Devorame otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora