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NO HAY NADIE EN CASA ‼️ Denver, 1976.
UNIVERSAL, POV !!
Las clases habían acabado dando inicio al tan amado y esperado fin de semana, Sabrina amaba esos 2 insignificantes días, estaba en silencio y no escuchaba constantemente los murmullos e insultos a su al rededor, perfección para sus oídos.
Salió del horrible edificio escolar para ver a Donna apoyada en un coche, el coche de su padre, Sabrina conocía bien ese vehículo varías veces se a subido a el.
— Hola señor Clark, ¿cómo ha estado? — preguntó amablemente la pelirroja, siempre se había llevado bien con los padres de su amiga, llegaba al punto de ver a Benjamin Clark como un padre. — Bien querida, gracias por preguntar, por cierto, Donna me dijo que iría a tu casa ahora mismo y regresaría por la tarde. — Si la e invitado, y no se preocupe la regresare sana y salva a las 7:00 pm. — Está bien, ¿gustan que las lleve? — No es necesario papá — dijo Donna, Sabrina suponía que tenía alguna razón, pues la casa Davis aunque no era la más lejana a la escuela no era tampoco la más cercana, estaba en un recorrido promedio. — No se preocupe señor Clark, nuestras casas están en diferentes direcciones y mi casa están a unas cinco cuadras así que podemos irnos fácilmente. — Está bien, un gusto volver a verte Sab, nos vemos por la tarde Donna, si te quedas a dormir en casa de los Davis avísanos cariño. — Si papá, nos vemos, adiós — Donna inició el camino alejándose lentamente del coche de su padre. La seguía al par Sabrina.
Por un momento estuvieron en silencio pero se rompió cuando Donna dijo:
— Robin Arellano me pregunto por ti. — ¿Que? — Lo que escuchaste, comparto clase de Educación Física con el y cuando finalizó me pregunto por ti, pregunto si había pasado algo contigo y las ratas después de lo sucedido en el receso le dije que no o bueno no que yo supiera, me agradeció y me dijo que te dijera si necesitabas alguien que te ayudara a defenderte le dijeras — se quedó en silencio todo, la mente de una pelirroja procesaba lentamente la información, le importaba a Robin Arellano, le importaba como estaba ella y su estado —. Creo que le gustas. — Me da igual si le gusto, le importo, ¿sabes a cuánta gente le importo? A una. — Tú sabes que me importas y daría mi vida por ti y por que estuvieras bien. — Bueno, dos — dijo Davis mientras abrazaba a su mejor amiga por los hombros y la atraía a ella.
El camino fue como lo era cuando ambas estaban juntas, comentarios triviales, empujones leves y risas, demasiadas risas.
Al llegar a la casa número 505 de la calle Maple, se pararon frente a la puerta mientras Sabrina buscaba las llaves de su hogar, abrió la puerta para encontrar un desastre, siempre estaba hecha un desastre.
