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NORTE DE DENVER ‼️ Salem, 1972.
UNIVERSAL, POV !!
La mañana estaba tensa, nadie en esa casa había hablado, solo se observa ha una Lorena llevar cajas a la camioneta, un Mefisto enojado guardando cosas y una Sabrina acomodando todas las cosas para que todo estuviera en orden.
Para Sabrina el ambiente estaba parecido a una tarde normal, estaba acostumbrada a ver a su madre y hermano enojados, acostumbrada a ver a Lorena intentando no quebrarse enfrente de sus hijos y a ver a un Mefisto enojado hasta con el aire.
— Cariño toma esto, guárdalo en donde quepa, ten cuidado — hablo su madre sacándola de sus pensamientos mientras le extendía una caja de tamaño grande, la caja tenía escrito "Habitación de Lorena" así que tomó con cuidado la caja para que nada dentro de ella se rompiera.
Mefisto llego a los minutos con tres cajas, cajas que eran de su habitación, las acomodo para después subirse a la camioneta.
— ¿Ya es todo? — preguntó Sabrina hacia Lorena, mientras bajaba de la parte trasera de la camioneta y entraba a la casa, pues su madre se encontraba dentro. — Si, ya es todo — hablo la pelirroja mayor, mientras apreciaba su antiguo hogar, tantos recuerdos como buenos y malos que había pasado allí, jamás olvidaría nada y para eso quería observar bien cada rincón. — ¿¡Ya nos vamos o que!? — gritó desde fuera Mefisto. — Vámonos ya, antes de que se haga más tarde.
Ambas mujeres subieron a la camioneta, Lorena de conductora y Sabrina de copiloto pues su hermano se había sentado en los asientos de la segunda fila.
— ¿No era mejor si nos íbamos en avión? Dos dias sentado, que encantador fin de semana va a ser este — hablo Mefisto sarcásticamente, Sabrina pensaba lo mismo, de Viernes a Domingo en un carro no era lo que ella deseaba. — No tenemos muchas cosas, para que pagar un servicio si nosotros podemos transportar todo — esta vez hablo Lorena mientras arrancaba el carro, por primera vez Mefisto no había contestado nada, así que se quedaron en silencio.
Su primera parada sería Virginia, diez horas de camino, estos días si que serían cansados.
(...)
Había pasado siete horas desde que salieron de Salem, ya habían pasado por Nueva York, al igual que Pensilvania ahora estaban en MaryLand a poco de entrar a la carretera de Virgina.
— ¿Cuanto falta? Ya no siento mi cuerpo — preguntó por novena vez Sabrina, estaba harta, ya no aguantaba, siete horas sin moverse la estaban matando. — Unas dos o tres horas para entra a Virginia y parar en algún hotel de paso — Lorena dijo mientras tenía la mirada de frente.
