Había sido un torbellino de unas horas. Una simple tarjeta de información con la compañía aérea y la hora de salida del vuelo, una hora y un lugar en Chicago, había estado esperando en el estante superior de la taquilla de SeokJin, junto con un billete para O'Hare sin escalas.
En ocasiones, había trabajado con menos información. Y sabía lo suficiente sobre cómo trabajaba Burns para no molestarse por sus métodos.
Había llegado al aeropuerto de Baltimore con apenas tiempo suficiente para cambiarse el traje que tenía en el coche. Se había tomado el tiempo durante los últimos dos días de volver embalar la pequeña bolsa de lona que guardaba en el coche para cuando necesitaba un cambio de ropa y apenas un par de cargadores de repuesto para su Glock. Había sido capaz de verificar la bolsa, junto su arsenal.
Entendía que tenía prisa para que sirviera como respaldo al otro agente. Por qué todo esto se traducía en que Burns estuviera tan tenso, no tenía ni idea. En realidad, era algo más que un poco desconcertante, ya que le traía recuerdos de misiones clandestinas que había pensado que había enterrado. Eso le hizo preguntarse que andaba haciendo Jungkook por Burns para que este necesitara llamarle para un trabajo. Esta no era la primera vez que SeokJin trabajaba para el director adjunto en base a una sola llamada telefónica. Era simplemente la primera vez que lo había hecho desde que estaba sobrio.
SeokJin intentó despejar su mente mientras esperaba a que el avión aterrizara y al taxi en la puerta. Tras el visto bueno, se puso su abrigo de lana y se dirigió hacia la puerta de embarque. Su avión llegaba puntual, no demasiado sorprendente para un vuelo temprano por la mañana, y se suponía que su contacto le esperaba en el punto de seguridad donde la puerta daba al vestíbulo, cerca de donde se recogían los equipajes.
A las seis cuarenta y cinco minutos, O'Hare era un hervidero, y ayudó a SeokJin a ignorar los últimos restos de inquietud por el vuelo. Tuvo que caminar por lo menos medio kilómetro a través de las terminales, maniobrando entre una multitud de personas, mientras trataba de salir, pero llegó al punto de seguridad en menos de quince minutos. Justo a tiempo. Ahora sólo tenía que encontrar a su contacto.
Se quedó atascado detrás de un grupo de universitarios, algún tipo de equipo deportivo, mientras salía de la terminal. Se detuvo para tratar de mirar a su alrededor y por encima de ellos, en busca de cualquier cosa que le pudiera dar una pista sobre con quien se reuniría.
Traje y corbata, supuso.
Varias personas encajaban mientras observaba a la multitud. Un hombre con un traje caro sin equipaje aparte de un maletín estaba leyendo un periódico. Una mujer con un traje pantalón y el pelo recogido en un moño tenso estaba de pie cerca de la entrada a un café, mirando el reloj. SeokJin le dio una segunda mirada antes de que su mirada se deslizara a un hombre fornido inclinado sobre en una caja de bebidas frías, vistiendo una gabardina cara con camiseta y vaqueros. El conjunto de camiseta y la gabardina no se veía a menudo.
Sonrió cuando le hizo pensar en Jungkook. La punzada de dolor que se había alojado en su pecho hacía un par de días le dio una pinchazo y se frotó, ignorando la irritación que le siguió. Jungkook se pondría algo así. Probablemente vendría a Chicago, pensaría, Maldita sea, hace frío, y luego iría directo a comprarse una gabardina cara para llevar con pantalones vaqueros y una camiseta, porque sería capaz de usarlo en el trabajo cuando volviera a casa, y ¿a quién le preocupaba lo que pareciera mientras tanto? Se echó a reír a pesar de la frustración y la persistente sensación de pérdida. Tendría sentido para Jungkook, de todos modos.
Echó la cabeza hacia un lado para tratar de ver lo que decía la camiseta. El hombre se enderezó y apareció a la vista el rostro del agente especial Jeon B. Jungkook.
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Armados&Peligrosos || #5
RandomSolo en la ciudad de Baltimore, tras la espantada de su amante, el agente federal Kim SeokJin descarga su frustración sobre todo el que se cruza en su camino hasta que recibe la orden de viajar a Chicago para unirse a un agente secreto. Una vez allí...