Mientras Jungkook estaba escondido a buen recaudo bajo el vehículo de la CIA, desmantelando el GPS, SeokJin y TaeHyung discutían sus opciones. YoonGi estaba sentado y escuchaba, como siempre hacía. Finalmente tomaron la decisión de que tenían que llegar a DC lo más rápido posible, y para sorpresa de YoonGi, TaeHyung coincidió en que ahora era a DC a donde querían ir, en lugar de escapar.
—El enemigo es demasiado poderoso. Necesitamos a alguien de nuestro lado. Estos dos y su jefe tendrán que valer hasta que encontremos a alguien más grande — explicó a YoonGi.
Tenía sentido, a la manera de TaeHyung.
Se dirigieron al aeropuerto más cercano, que resultó ser Pittsburgh. Jungkook y SeokJin no mostraron sus placas en esta ocasión, prefiriendo un perfil bajo al pasar por los controles de seguridad. Habían abandonado sus armas y carteras. TaeHyung se comportaba, permaneciendo cerca de YoonGi. Todo salió a la perfección, lo que puso de inmediato a todos ellos de los nervios.
Estando de pie en la fila con SeokJin para comprar un sándwich, YoonGi vio como TaeHyung se movía por la amplia zona comercial del aeropuerto, con Jungkook a sólo unos pasos detrás de él. TaeHyung había asegurado a los agentes del FBI que no iba a ir ninguna parte, pero Jungkook no confiaba en él.
YoonGi no podía dejar de observar a su amante. Cuando otras personas notaban a TaeHyung, tendían a hacer una de estas tres cosas: mirarlo, alejarse deprisa, o algunos, una combinación extraña de los dos. YoonGi sacudió la cabeza, cuando un par de chicas adolescentes se detuvieron y le miraron.
—A veces siento lástima por la gente —dijo YoonGi una vez que TaeHyung estuvo al alcance del oído.
TaeHyung levantó una ceja y le dio una sonrisa cariñosa.
—¿Y eso por qué?
—Oh Dios, no le hagas hablar sobre sus sentimientos —murmuró Jungkook mientras se les unía.
YoonGi negó con la cabeza.
—Eres como un tiburón. Caminas por ahí y todos los pequeños pececillos se alejan nadando.
TaeHyung echó un vistazo alrededor de la habitación. Jungkook empezó a reírse en voz baja, y TaeHyung le miró por encima del hombro.
—Tío –dijo Jungkook cuando sus ojos se encontraron—. Tu novio te ha llamado tiburón. Eso duele.
YoonGi vio a TaeHyung poner los ojos en blanco cuando apartó la mirada de Jungkook y le devolvió la mirada. YoonGi alzó un hombro. Oyó reír a SeokJin detrás de él.
—Aunque aprecio el espíritu de la observación, hay un defecto en tu teoría –dijo TaeHyung, bajando la voz mientras daba un paso más cerca.
YoonGi trató de no sonreír.
—¿En serio? Porque te gusta morder.
—Oh Señor, demasiada información —murmuró SeokJin.
—Todo este viaje ha sido demasiada información, SeokJin —refunfuñó Jungkook.
TaeHyung ignoró sus comentarios, girando hacia ellos con una simple sonrisa antes de explicar.
—Un tiburón, aunque nos asusta, no es una amenaza para el pez pequeño a primera vista. Nosotros sabemos lo que un tiburón puede hacer, el pez pequeño no.
Detrás de él, Jungkook se frotó los ojos.
—Oh Dios, ahora estoy realmente de acuerdo con él.— YoonGi cambió su peso para mirar a Jungkook.
—¿Disculpa?
Jungkook levantó la vista y agitó una mano hacia el aeropuerto que les rodeaba.
—Los tiburones comen peces, ¿verdad? O focas o... lo que sea. Pero si una foca se asusta al ver a un tiburón, entonces el tiburón nunca se acercará lo suficiente a la foca para hacer nada.
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Armados&Peligrosos || #5
De TodoSolo en la ciudad de Baltimore, tras la espantada de su amante, el agente federal Kim SeokJin descarga su frustración sobre todo el que se cruza en su camino hasta que recibe la orden de viajar a Chicago para unirse a un agente secreto. Una vez allí...