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YoonGi miró a TaeHyung mientras subían en el ascensor del Hotel Gettysburg hasta el tercer piso.

—¿Crees que ese hombre que solías conocer todavía está aquí?

—Me gustaría pensar que sí. Si no está, está muerto y eso me angustiaría un poco—respondió TaeHyung , inexpresivo.

—¿Le conoces bien? ¿Era un amigo? —preguntó YoonGi.

—Más un conocido. Un compañero de trabajo. —TaeHyung miró de reojo a YoonGi y sonrió—. Se retiró por propia voluntad. Eso no sucede a menudo con la gente que conozco.

YoonGi puso los ojos en blanco y sonrió cuando se abrieron las puertas del ascensor.

—Imagino que no, pero me gusta soñar.

—Hablas cuando sueñas —dijo TaeHyung en voz baja, luchando con fuerza por evitar la sonrisa en su voz. Tomó el codo de YoonGi y dejó que sus dedos bajaran por el brazo de su amante mientras salían del ascensor. Jungkook y SeokJin les habían dejado solos para que exploraran la zona. TaeHyung sabía que le estaban poniendo a prueba para ver si podían confiar en él, y también sabía que Jungkook no había logrado salir de esa pelea tan ileso como les hacía creer. Estaba herido, y SeokJin le había secuestrado en la habitación del hotel tan pronto como habían llegado.

—Tenemos una habitación para nosotros esta noche —murmuró TaeHyung a YoonGi con una sonrisa—. Lo estoy deseando.

—Jungkook y SeokJin todavía estarán al lado —dijo YoonGi, pero su sonrisa no se desvaneció. En todo caso, se hizo más amplia.

—Como si me importara en este momento. —TaeHyung dejó de sonreír cuando llegaron a la puerta de la primera habitación. Le guiñó el ojo a YoonGi mientras llamaba con los nudillos a la puerta tres veces.

—Nunca te importa —murmuró YoonGi con una sonrisa—. Lo que piensan, de todos modos.

—Yo sostengo que ambos son idiotas —murmuró TaeHyung, aunque con más cariño del que tenía hacía un día.

La puerta se abrió.

—He oído eso —dijo SeokJin mientras daba un paso hacia atrás para dejarlos entrar.

—Lo sé. —TaeHyung hizo un gesto a YoonGi para que entrara primero, luego le siguió con una sonrisa a SeokJin.

Este cerró la puerta detrás de ellos con un poco más de fuerza de la estrictamente necesaria, y pasó junto a ellos para sacar la silla del escritorio. Su rostro tenía un profundo ceño mientras miraba a Jungkook, quien estaba extendido en un sillón de orejas cerca de la cama con una botella de agua en la mano. Había estado quejándose de la falta de Dr Pepper durante unos días. Al parecer, estaba pasando por algún tipo de abstinencia de cafeína, y se negaba a beber Coca-Cola o Pepsi o incluso Red Bull. Pronto iban a tener que forzar algo con cafeína por su garganta, o iba a matarlos a todos.

TaeHyung levantó una ceja hacia SeokJin, pero no hizo comentarios sobre su mal humor. El ambiente estaba tan cargado de tensión que casi zumbaba entre los dos agentes del FBI.

—¿Qué encontraste? —exigió Jungkook a TaeHyung.

—Bueno, la cena es bastante cara en el bar de la planta baja, hay un paseo de fantasmas que comienza a las ocho a pocas manzanas de distancia, y la joven dama del mostrador de recepción es antinaturalmente amistosa. Creo que es un clon de algún tipo.

Jungkook se pellizcó el puente de su nariz, como si desesperadamente tratara de contenerse de disparar a TaeHyung desde donde se encontraba.

YoonGi golpeó el brazo de TaeHyung.

Armados&Peligrosos  || #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora