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Jennie despertó ese día sintiéndose extremadamente feliz y generosa. Su novio había estado actuando extraño durante la última semana y ahora que ya era fin de semana tenía la idea perfecta para ayudarlo a olvidarse de lo que fuera que le estaba llenando la cabeza. Tenía la idea perfecta, incluía todo lo necesario para que Jungkook tuviera un momento feliz. Si bien no sabía muy bien lo que le pasaba, sospechaba que se trataba de problemas familiares, pues no se le ocurría ninguna otra posibilidad.

Asi que se levantó, le pidió su tarjeta de crédito a su padre y fue muy temprano a la tienda en el auto de su madre. Aún no tenía licencia, pero difícilmente le sacarían una multa pues a esa hora no solían haber policías rondando.

Se acomodó el cabello en el espejo retrovisor y prendió la radio para escuchar un poco de música mientras conducía por las calles vacías del pueblo.

Le marcó a Jimin, sin preocuparse de que era un sábado en la mañana y que probablemente estaba durmiendo.

El chico contestó al quinto pitido.

¿Jennie?—inquirió con una voz que claramente demostraba que había estado durmiendo hace pocos segundos.

— ¡Buenos diaaas!, levántate y vístete, pasaré por ti en cinco minutos.

¿Qué demonios?, soy Jimin, ¿lo sabes?

— Por supuesto que lo se. Te necesito. Tú y yo iremos de compras.

Tiene que ser una broma...— balbuceó más para si mismo que otra cosa— ¿Jungkook no estaba disponible?

Muy gracioso. Jungkook no era una opción, la fiesta es para él.

Pero su cumpleaños es como en septiembre.

No es su cumpleaños Jimin, es porque se siente mal y yo como la mejor novia del mundo voy a subirle el ánimo haciendo una fiesta sorpresa en su honor.

Ahhh... comprendo...

— Entonces, apresúrate. Ya estoy llegando a tu casa.

Antes de que Jimin pudiera responder, cortó la llamada y subió el volumen de la canción que estaba escuchando. El resto de la tarde consistió en ir de compras, decorar y ordenar su casa con Jimin para poder sorprender a Jungkook.

Jungkook que no le contestaba sus mensajes ni llamadas.

Ella jamás se imaginaría que la razón se debía a que su novio estaba muy ocupado dejando que Kim Taehyung lo hiciera suyo una vez más.

Después de la cita, habían llegado directamente a besarse. Tambaleándose hasta la cama de Taehyung. Las palabras no fueron necesarias y de un momento a otro, ambos estaban sin ropa y cubiertos en sudor mientras sus cuerpos se unían de la forma más íntima posible.

Esa vez follaron de forma que Taehyung estaba sobre Jungkook, viendo cada una de las muecas que hacía al recibirlo en su interior. Era el cielo. Lo envolvía tan malditamente bien y lucia precioso con su cuello estirado de esa forma, a su completa disposición.

Taehyung deslizó una mano desde su cadera a su rostro para sostenerlo de ahí y así poder besarlo. Fue un beso brusco y duro como las embestidas. Jungkook soltó un chillido en el beso, desesperándose al no poder gemir como le gustaría.

Taehyung le mordió el labio y cuando se separó ambos se quedaron viéndose a los ojos. Jungkook llevó su mano a una cadena dorada que colgaba del cuello de Taehyung, apartándola para poder verlo con claridad. Se las arregló para sonreírle, aunque le salió más bien como una risa ahogada entre el cansancio y la voz áspera tras los gemidos.

Tuyo [taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora