✖ En sus ojos vi mas que un te quiero, vi a alguien que quería amar de verdad ✖
Lo observaba desde la distancia, haciéndome múltiples preguntas ya que, jamás lo había visto socializar con los estudiantes de la universidad, ni siquiera había esc...
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ᴅᴏʟᴏʀɪɴᴍᴇɴsᴏ
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K. Young Soo
—Soo, abre la puerta. Tienes tres días faltando a la universidad, ¿Acaso crees que es sano evadir los problemas? —Jackson golpeaba la puerta de mi habitación una y otra vez, yo solo quería estar encerrada en mi habitación abrazada a Trey, mi hermoso Golden jamás me defraudaría y me engañaría de aquella forma.
—Jackson, por favor vete de mi casa —ahogué un sollozo en mi interior y me aferré a Trey, no quería que todos mis vecinos se enteraran de mis problemas personales.
—No, no me iré —se negó, podía imaginarme que estaba más enojado que antes y no precisamente conmigo, sino por la situación y el cómo se desarrolló.
—Y nosotros tampoco —la voz de Taehyung me tomó por sorpresa, ¿Él también estaba aquí? Eran las seis de la mañana y su clase empezaba a las siete, ¿Qué hacía él aquí?
—A mí me obligaron a estar aquí —debía suponerlo, YoonGi fue arrastrado por aquellos dos, en contra de su voluntad, no me parecía extraño.
—Cállate, Elsa de Frozen, no estás aportando nada a la situación —le reprochó Jackson, podía jurar que todo se saldría de control y pelearían, terminando posiblemente en el hospital.
—Ustedes tampoco, ¿No ven que ella quiere llorar toda la maldita semana e inclusive todo el mes? Vio a la persona que le gusta besandose con la única mujer que logró dañarla acostándose con su ex-novio —YoonGi tenía un gran punto y saber que ella había ganado de nuevo, me molestaba. Yo era simplemente, una idiota que se dejó manipular para que pudieran lastimar a su antojo. Se escuchó un fuerte suspiro por su parte—. A veces siento que ella lo hace a propósito. Siyeon sabía que a nuestra Soo le gusta Jung Kook, ¿Y qué hizo? Lo imposible para que nuestra pequeña se diera cuenta que no era tan importante para el idiota que se dejó manipular —odiaba lo mucho que dolía, odiaba tener que escuchar su nombre porque mi corazón palpitaba como un loco y sentía que se me saldría por la boca, pero igual dolía, no me gustaba esta sensación.
A veces pensaba que el amor no te dañaba, que te enseñaba que la soledad realmente era deplorable y que una ayuda emocional sería más significativa que buscar cualquier otra distracción para ignorar al amor, ignorar los sentimientos, ignorar el palpitar acelerado cuando aquella persona se acercaba a tí; ignorar sus caricias, sus manos, su tacto, su sonrisa, ignorar todo lo que mis retinas habían captado con el pasar de los días, pero solo me demostró que dolía a tal punto de querer estar encerrada y lejos de quién me lastimó, ¿Qué necesidad había de que yo presenciara esa escena? No tenía porque verla, ambos me habían visto la cara y eso era lo que más me molestaba.
