Día 6: Patadas.

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Ya le dieron el visto bueno para ir a trabajar, solo le advirtieron que no se altere mucho.

Estaba acomodando su ropa frente al espejo, observó su pequeña barriga con una sonrisa y empezó a acariciarla. Con su traje aún se disimula. Sintió como lo abrazaban por detrás haciendo que su sonrisa se amplíe.

Phoenix empezó a palpar el vientre de su esposo esperando poder sentir al bebé, éste al sentir la presión en su cálido hogar empezó a moverse más cerca de sus manos, cuando estuvo cómodo paró. Phoenix podía sentir la pequeña vida apoyada en su mano.

Miles suspiró viendo la hora, faltaban 30 minutos para salir, aún falta ver unas cuantas pruebas antes del juicio.

—Se nos hace tarde Phoenix, sabes que me gusta llegar antes —Se separó suavemente y se colocó la parte superior del traje.

Pero a cierta personita no le gustó, por lo cual en protesta empezó a dar patadas, llevó sus manos a un costado de su barriga tratando de calmarlo.

—Se que no te gusta estar separado de tu papá, a mí tampoco, pero debemos salvar a un inocente —Le habló suavemente el doncel a su hijo.

—Eso lo sacó de tí —Soltó una ligera risa, lo cuál provocó un sonrojo en el contrario, no lo va a admitir en voz alta, pero es verdad.

En el camino se fue calmando el bebé hasta quedarse dormido, Phoenix iba manejando mientras Miles estaba atento del camino. Llegaron al tribunal y allí los recibieron Maya y Dick.

—Señor, creí que estaba de reposo —Se preocupó el mayor al verlo allí, aún no supera el susto.

—La doctora me dió el visto bueno —Le respondió con fastidio, incluso su esposo era más comprensible, lo sobreprotege igual, pero no le impide hacer las cosas.

—Edgeworth, aún no se le nota nada —Dijo decepcionada la médium, está esperando el día que se le empiece a a notar con la ropa.

—Maya, es primerizo, y siempre ha estado en forma, tardará en notarse —Le habló Phoenix.

Edgeworth por su parte fue a sentarse para continuar revisando los documentos, Maya se acercó a él y le pidió permiso para seni al bebé, Miles a regañadientes accedió, siempre que lo ve se lo pide.

Tímidamente apoyó su mano, sintiendo el bulto de casi 6 meses, se sintió decepcionada al no sentirlo.

—No le agrado —Apartó su mano mientras hacía puchero.

—Lleva rato dormido, estuvo despierto toda la noche.

Los llamaron a entrar, todo iba bien, estaba tranquilo porque era un juicio sencillo, al momento del interrogatorio era turno de refutar las pruebas del abogado.

—¡PROTESTO! —Se escuchó desde el lado del fiscal, pero casi al instante se encogió en si mismo mientras le faltaba el aire.

Phoenix al ver ésto fue rápidamente al socorrerlo, con el corazón latiendole fuerte, todo se quedó en silencio, por un momento se olvidaron del tenso testimonio y se concentraron en el fiscal, incluso algunos estaban por llamar a emergencias.

—Señor Edgeworth, ¿está usted bien? —Preguntó el juez.

—Está bien, no pasó nada grave —Empezó a calmar a todos el de azul— sólo se despertó asustado por el protesto —les explicó, Miles le había dicho lo ocurrido en voz baja mientras éste lo abrazaba.

Todos dieron un suspiro de alivio y continuaron cómo si nada hubiera pasado, el bebé continúo moviéndose y dando patadas el resto del día, molesto por haber sido despertado de manera brusca.

Agosto de mpreg -WrightWorthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora