3 meses para enamorarte [Bakugo Katsuki x Tú]

Luz de estrellas

<< Bakugo Katsuki >>

—¿Qué? —Kirishima abría los ojos como platos al escuchar lo que le acababa de decir.

—Ya sé maldita sea, quiere que vayamos a un jodido restaurante a cenar pero quiere que yo escoja el sitio —Hice una mueca al no tener alguna idea de donde ir, hace meses que no salía con alguien.

—¿Qué tal si la llevas a ese restaurante elegante que acaba de abrir hace unos días? —Mi cara empeoró y comencé a renegar con la cabeza.

—No, odio esos malditos restaurantes —Me cruce de brazos.

—Si hermano pero no sabes que le puede gustar a ella, ¿Qué tal si ella prefiere ese tipo de lugares? —Tenía un punto.

—Maldición... —Di un suspiro largo —¿Tienes algún número para que pueda llamar? —Kirishima solo asintió mientras sacaba su teléfono.

Tome mi celular y comencé a buscar el contacto que me había llamado ayer por la tarde.

—___... ___, aquí está —Presione el número y comenzó a llamar.

—¿Bueno?

—Habla Bakugo, con respecto a lo de la cena de esta noche, ¿Te veo allá o... —Respire profundo para calmar mis náuseas de ser tan cursi —paso por ti?...

—¿Podrías pasar por mi? —Pase una mano por mi rostro intentando soportar estar mierda.

—Si.. claro —Apreté los dientes.

—Bien, entonces te mando la dirección de mi casa, ¿a qué hora pasas?.

—8:30.

—Sí, está bien, nos vemos.

—Adiós, ah espera —Dije de mal modo —es con vestimenta formal.

—Muy bien, te veo luego —Termino colgando la llamada.

Suspire mientras pasaba las manos por mi rostro, de verdad odiaba esos lugares.

Estúpido Denki, estúpida apuesta.

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—¿Bromeas? —Mina estaba emocionada por lo que acababa de pasar.

—¡No!, me dijo específicamente que con vestimenta formal —Rasque mi cabeza haciendo muecas.

—Entonces debes buscar un bonito vestido y un par de tacones cómodos —Se cruzo de brazos sonriendo mientras yo quería desaparecer por un momento.

—Aghhh —Me levante de mi silla haciendo un berrinche.

—No es tan malo, oye, ¿a dónde vas?, ¡Espérame!

Suspire mientras analizaba mi armario, eran las 6:15 y yo seguía en ropa interior sin saber que ponerme, solté un chillido de desesperación mientras daba brinquitos.

Respiré profundamente y me quede rebuscando en mi armario hasta que encontré ese vestido.

El vestido que había usado el día que me dejaron plantada por primera vez, era un bonito vestido color palo de rosa, entallado y de una tela satinada, era hermoso.

Seguía completamente encantada con ese vestido así que decidí usarlo, me apresuré a tomar unos tacones del mismo color y a arreglar mi cabello un poco haciéndome un recogido.

Tocaron a mi puerta y me apresuré a bajar.

—Perdón por tardar —Abrí la puerta y me encontré con un rubio mal encarado que vestía un bonito traje de color negro.