3 meses para enamorarte [Bakugo Katsuki x Tú]

Goma de Mascar

<< Bakugou Katsuki >>

No quería admitirlo, me encontraba en absoluta negación desde que me percaté de ello, me sentía asustado, asustado de lo que pudiera pasar al darme cuenta de mis verdaderos sentimientos y el tener que afrontarlos, simplemente era un fastidio para mi el tener que lidiar con eso.

Pero era inevitable sentirme tan bien cada vez que la veía, cada vez que tomaba su mano o cada vez que me veía a los ojos, simplemente no podía dejar de pensar en ello durante todo el día y sentir como mi corazón se aceleraba al saber que pasaríamos un rato juntos.

No me gustaba la idea de creer que esto de verdad estaba pasando y solo podía maldecir aquel día en que la encontré, esa hora, lugar y aunque no quisiera acepté que ella entrara a mi vida.

—¡Ni lo pienses!, ¡Jamás usaría algo así! —Dije al ver una sudadera con un gato y un moño.

—Kats, es muy linda y tenemos que usar cosas combinadas, ¿Acaso no has visto a Kirishima y Mina? Aún no son novios y ya se visten igual —Se cruzó de brazos indignada.

—Y a mi que me importa, no usare eso —Fue lo último que dije para terminar alejándome de la tienda.

—No escogiste bien la talla —Le dije molesto después de probarme la tonta sudadera color blanco.

—Ay pero te ves adorable —Me quedé mirando a la nada un tanto irritado.

Voltee a verla y ella solo reía al verme molesto, apreté los dientes y simplemente caminé lejos de ella.

Yo no soy adorable, tú eres insoportable

—¡Oye!, ¡Yo me tenía que encargar de ese tipo! —Dije tras ver cómo un destello desmayaba a un sujeto que intentaba asaltar un banco.

—¡Ups, demasiado lento! —Sonrió alegremente y terminó aterrizando en el suelo para después guiñar un ojo.

Ladee la boca un tanto sorprendido y vi como se alejaba, solo podía pensar en que era increíble, ella y su don.

—¡No!, ¡Maldición! —Me levante molesto del sillón dejando el control en la mesita.

—¡Ja!, no seas un mal perdedor Kats —Se cruzó de brazos victoriosa.

—Yo no soy un perdedor, idiota —Volví a tomar el control y la voltee a ver decidido.

—Demuéstralo —Se acercó a mi con su típica mirada de determinación y una sonrisa maliciosa, desvíe la mirada dándome cuenta de los estupidos nervios que habíamos causado en mi.

Insufrible amor, ¿Cómo me pude enamorar?

—¿Y ahora por qué te molestas? —Pregunté al notar su extraño comportamiento.

—No estoy molesta

—Claro que si, siempre estás diciendo tonterías, ¿Qué carajos te pasa mujer?

—Es que no compraste mis frituras —Me quedé confundido al ver su molestia por una simple chucheria.

—¿Es en serio?.

—Si.

—Jodete.

No te soporto es la verdad

—¿A dónde vas? —Salió de la nada de su escondite de cobijas al escuchar mis llaves.

—Tengo que ir a comprar algunas cosas, aho-