3 meses para enamorarte [Bakugo Katsuki x Tú]

Un engaño

<< Bakugou Katsuki >>

Desperté gracias a un rayo de luz que entraba por mi ventana pegando directamente a mis ojos, me dolía gran parte de la cabeza y la nariz pero ya no sangraba de milagro.

Me senté tomando mi celular para revisar la hora viendo que tenía un mensaje.

—"¿Qué tal les fue ayer amigo? :D" —Era el idiota de Kirishima preguntando por la cita de anoche.

No respondí y dejé de lado mi móvil para levantarme y meterme al cuarto de baño para tomar una ducha rápida.

Al salir de la ducha me mire en el espejo acercándome un poco más para poder observar mejor mi rostro, me di cuenta que tenía un pequeño moretón al lado de mi ojo y en el arco de mi nariz, me vi con mala cara ya que se veían terribles pero les dejé de dar importancia para comenzar a alistarme y al fin irme.

Baje de mi auto y lo cerré con la llave dirigiéndome al café que estaba en la calle donde había parqueado mi vehículo.

Mientras caminaba hacia allí me di cuenta de la estúpida taquicardia que me estaba dando, me detuve en seco frente al café observando cuidadosamente el edificio percatándome que ella estaba ahí sentada junto a la ventana tomando un café, movía la pierna ansiosa y tenía una mirada distraída.

Me sentía estúpido, estaba extrañamente ansioso por llegar y definitivamente nervioso, maldición, ¿Por qué me sentía así? aunque... después de lo qué pasó ayer era lógico.

Respiré profundamente y abrí con determinación la puerta dispuesto a enfrentarme a lo que estaba a punto de pasar, ya no me importaba un carajo.

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—Bakugo, creo que tengo que decirte algo —Solo sentía como la culpa y los nervios invadían mi cuerpo.

Había hecho un esfuerzo para seguir con este reto, estaba dispuesta a salir más con él y seguir adelante con todo mi plan, pero ya no pude.

Me sentí mal de lastimarlo físicamente, imagínense como me sentiría después de la apuesta.

La culpa me carcomía viva, era... más o menos lindo y me caía muy bien, no podía hacerle eso, normalmente me daría igual y simplemente lo dejaría pasar, pero esta vez me sentía mal ya que parecía que si estaba interesado...

—¿Qué quieres? —Se cruzó de brazos poniéndose a la defensiva.

—Tengo que decirte algo —Arqueo una ceja ante mi nerviosismo —Pero prométeme que no te vas a enojar —Tenía la misma expresión, yo extendí mi dedo meñique para que me lo prometiera y me hiciera una pinky promise.

Él se quedó viendo incrédulo mi dedo, como si se tratara de un perro que hablaba.

—¿Ajá?... —Entrelazó mi dedo con el suyo haciendo la famosa promesa —Ya dime que es lo que quieres idiota —Mordí mi labio inferior.

—Es que... tal vez... —Dude un momento antes de seguir hablando.

—Te engañe —Trague saliva e incline mi cabeza hacia abajo con un poco de vergüenza, me sentía como una maldita basura.