3 meses para enamorarte [Bakugo Katsuki x Tú]

Amistades

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—No —Fue lo único que respondí a la insistencia de mi mamá porque Bakugou y yo fuéramos a la fiesta de cumpleaños de mi hermano menor.

—___, es una buena oportunidad para que conozcamos a tu novio, así que deja de ser una señora amargada y le dices que te acompañe —Y así sin darme cuenta recibí un sermón por parte de mi madre para que llevara a mi supuesto novio a la fiesta.

Me sentí como una chica de 15 años otra vez.

Pero, para ser sincera no planeaba llevar a Bakugou, sabía que ese tipo de fiestas o cualquier cosa que implicara tener contacto con personas del exterior le parecía innecesario y algo que no valía realmente la pena, más si se trataba de una fiesta infantil, pero aquel día mi madre volvió a llamarme para confirmar que efectivamente iríamos y créanme que decirle que no a esa mujer era casi imposible.

—¿Cuál crees que sea mejor? —Dije señalando un par de superhéroes de juguete.

—¿Por qué no solo escoges uno de All Might y ya? —Dijo señalando un muñeco que se encontraba en el aparador de aquella tienda.

—Tiene demasiados muñecos de él, quería darle algo diferente—Dije tomando un muñeco —Pero prefiero darle un regalo que le guste a que lo deje arrumbado en una caja debajo de su cama —Dije siendo realista.

—Si quieres darle otro muñeco que no sea de all might dale alguno que valga la pena, así conocería otros héroes —Dijo sin dar más explicaciones mientras se dirigía a la caja de cobro.

—¿Y qué otro héroe sugieres? —Pregunté mientras caminábamos.

—Tal vez al gran y poderoso rey de la explosión asesina Dynamight —Dijo mientras sonreía orgulloso.

—No lo conozco, debe ser muy débil, ni si quiera hay muñecos de él —Vi su cara de indignación y enojo a la vez.

—Cállate idiota, él es mucho más fuerte que todos los demás y es el único capaz de superar a All Might —Dijo intentando defenderse.

—Si tú lo dices...

—Y... llegamos —Solté un suspiro de nostalgia —bienvenido al lugar donde crecí —Dije estacionando el auto enfrente de la casa de dos pisos color beige.

Él no dijo nada y simplemente se quedó en silencio mientras bajábamos del auto dirigiéndonos a la entrada.

Desde que comencé a trabajar oficialmente en la agencia ya casi no tenía tiempo de venir a ver a mi familia, solo éramos mis padres y mi hermano Kai que hoy cumplía 8.

Su llegada a mis 12 años de edad fue un cambio indescriptible, pero gracias a él no perdí esperanzas de dejar mi carrera como heroína, fue de gran ayuda en todo mi camino.

Toque el timbre esperando no ser recibida por mi amado padre ya que sabría que en el momento en el que conociera a Katsuki tomaría su rol de padre protector y comenzaría a hacer preguntas extrañas.

—¡Está abierto! —Escuchamos decir a mi madre desde el interior de la casa.

Entramos al recibidor y comencé a quitarme los tacones color azul que traía puestos.