/11/ ¿Casualidad? Huele a problemas

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—¿Y bien? ¿Qué te trae por aquí? Es una sorpresa verte por estos rumbos.

Sakura le tendió un bollo a vapor a sus hermanos, sentados a su lado derecho mientras que Sasuke se del otro lado de la mesa sin quitarle los ojos de encima. Estando en lo que es el final de la aldea, la calle que los conecta con el bosque. En la orilla había un pequeño restaurante de paso, al estar a las afueras de la aldea el entorno era muy tranquilo.

Le entregó un bollo al vapor a Sasuke, quién lo tomó sin decir nada, pero viendo con cierta curiosidad el bollo en su mano. Dedicó una breve mirada a los gemelos que comían a pequeños mordiscos los suyos mientras murmuraban entre sí. Minutos atrás los presentó a Sasuke con cierta cautela. Muchos saltaban en desagrado al ver los cuernos de los gemelos, pero como siempre él la sorprendía.

Les sonrió y se presentó con toda la naturalidad del mundo y para su alivio, no retrocedió con repulsión los cuernos sobresalientes de los niños. Tampoco los ignoraba como si no existieran y escuchó atentamente sus presentaciones. Sasuke no ignoró su deformidad más bien... lo aceptó.

Distraídamente se frotó el borde de su ojo derecho.

—La aldea vecina llamó por un asunto de exterminio de Sombras, me ofrecí a ayudar —respondió él y lo demás de la frase quedó en el aire para que Sakura lo desmantelara, lo cual no fue difícil.

Resultó fácil deducir la secuencia de la oración "y la aldea Taishi está de paso". Las implicaciones detrás le venían un dulce sabor en la boca. Y no, no era el bollo que engullía con cierto entusiasmo con el cual casi se ahoga al llegar a dicha conclusión. Dio el último mordisco y entrecerró los ojos a su dirección llena de dudas e incertidumbres.

Ya le demostró ser digno de confianza, ha salvado su vida en dos ocasiones y recientemente la de sus hermanos sin pedir nada a cambio; supo la ubicación exacta de su hogar y guardó su secreto como si fuese propio. No ha escuchado rumores nuevos sobre la ubicación de la aldea que indiquen una infiltración de información. En las cartas que intercambiaron le dio la sensación de honestidad respecto a ese tema.

Repentinamente llegó a la conclusión que su fascinación con Sasuke no se trataba de sólo una fijación, más bien, una emoción surgida primero de la renuencia apoyada de cautela transformándose por una infinita curiosidad. ¿Qué deseaba realmente Sasuke al estar en contacto con ellos?

Hasta ahora, a regañadientes acepta que no tiene intenciones ocultas que los afectara, entonces habiendo eliminado esta posibilidad se abría a más preguntas que respuestas.

Pero se encontró ansiosa por descubrirlo sin importar qué.

—Así que viniste a buscar más senjusou, ¿necesitas que te guíe? Mañana puedo llevarte a la cueva —comentó adrede buscando que él confesara sus intenciones.

Esperó expectante, contemplando las cejas del joven contraerse un poco y después relajarse. Negando con la cabeza, rechazó su solicitud.

—Ya tengo suficiente por ahora. Si necesitara más vendré a buscarla.

—Eso espero —riñó recordando el estado moribundo de la última vez, las cicatrices abiertas de sus brazos detrás de las vendas, mismas que porta ahora sin vacilación.

Si bien Sasuke se veía físicamente bien, no afirma que estuviera realmente saludable, la espinita que quizás le decía mentiras piadosas en las cartas trajo consigo cierta ansiedad de comprobarlo por sus propios medios.

Siguiendo sus impulsos, estiró la mano tomando la muñeca del azabache que dejó la taza de té a punto de beber sobre la mesa. Con cierta lentitud recorrió con sus dedos la superficie de las vendas que cubrían su piel, todo bajo la mirada de Sasuke, que, sin percatarse, parecían haberse oscurecido por un sentimiento abrasador e inquietante.

Eterno Equinoccio [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora