/68/ En el amanecer

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Hay una frase que Sasuke despreciará con todo su ser en los siguientes años.

Cuando pienses que nada podría ir peor, te darás cuentas que tienes poca imaginación.

Maldita sea su destino.

Debe ser una broma ¿verdad?

De ninguna manera Ryu está sosteniendo el cuerpo ensangrentado de Sakura. Su prometida. Su Alma Gemela. Su todo.

Esto es-

Perdió la capacidad de pensar, de conectar un pensamiento con otro. De respirar por sí mismo a favor de mirar intensamente con el pecho cada vez más pesado y el corazón latiéndole a mil por hora. Interpretó perfectamente una estatua mientras la conmoción lo inunda, cada vez más. Viéndose tan cerca de la desesperación.

Ryu se mueve. Un paso frente a otro y Sasuke apenas puede captarlo porqué sus ojos nunca abandonan a Sakura. Nunca lo hacen a pesar de que nota terriblemente, y con una comprensión tardía, de que ella no respira.

Ella no respira.

Sakura está inmóvil y pálida contra los brazos de Ryu.

—No. —Es lo primero que sale de sus labios. Un lamento, una súplica desesperada—. Ella no.

No puede perderla. No justamente ahora. No hoy ni nunca.

Sasuke tiene un escozor que lo agita como un latigazo y cae de rodillas, superado por el peso de la conmoción. Justo ahí en el borde de la tarima donde Ryu se detuvo mirándolo desde arriba con una expresión realmente devastadora.

Para que este Rey Fantasma tenga una expresión más allá de la arrogancia, es porqué Sakura está-

No, no, no. ¡Ni siquiera puede formular ese pensamiento!

Hay una comprensión fría, devastadora que surge desde su pecho.

¡Apenas el día anterior estuvieron juntos!

Pero la muerte no avisa a nadie.

Sus manos están temblorosas, en medio camino a un sollozo y los ojos húmedos. Ryu le entrega a Sakura sin decir una palabra creyendo que era mejor no hablar por ahora, y Sasuke, a pesar de todo, agradece ese gesto porqué no cree poder decir algo y no romperse a llorar.

No.

No no no.

—Sakura —murmuró juntando sus frentes una vez teniéndola en brazos, tocando sus mejillas frías desprovistos de calor. Dioses, no. No. Así no. Ella está helada, pesada y quieta. Inquietantemente quieta y macabramente silenciosa—. No me dejes así. Aún tienes que escuchar la canción que preparé para ti, es mi primer regalo oficial de cortejo. —Se ahogó entre sus propios lamentos—. Te lo suplico ¡Despierta, por favor!

Quiere que abra los ojos ya mismo. Que le diga "es broma ¿te asusté, cariño?". Que le lancé sus dulces coqueteos y le pestañeé fingiendo inocencia cuando abruma a las personas con sus palabras mordaces. Que lo miré con sus grandes ojos verdes, tan vivos y traviesos mientras lo besa. Que le diga cuando lo quiere y proclame a todo pulmón su próxima boda.

Pero no está consiguiendo nada de eso.

Al contrario, el silencio lo acaricia como una vieja amiga. El dolor, sordo se vuelve cada vez más fuerte.

Sasuke sostuvo a una tercera persona helada entre sus brazos. Siente. Le duele. le aterra. Murmura lamentaciones y llora primero en voz baja que poco a poco aumenta de intensidad a cada segundo que transcurre sin escuchar su melodiosa voz.

Eterno Equinoccio [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora