Eterno Equinoccio [SasuSaku]

/44/ Restricción rota

Uno de los capítulos más esperados de latinoamerica está aquí, ¡disfruten su sobredosis SasuSaku!

PD: la canción de la galeria, es de la famosa "Canción sin Nombre" - Xian Yun que se menciona en este fic. La letra es prácticamente la misma, pero me tomé la libertad de adaptarlo un poco con otras versiones subtituladas. De todas formas, se siente la esencia :) 

Sasuke reparó del suspiro cansino de Itachi al emerger de la Sala de Banquetes. Le dio una mirada de comprensión, la cena de hoy fue tan tensa, siendo la última en compartir con los líderes, herederos y discípulos principales. Ya que, al amanecer, la mayoría partiría a sus hogares, a excepción de los Uzumaki.

—Por fin, paz —murmuró Itachii.

El viento trajo consigo una sensación fría. Acostumbrado al clima, Sasuke cerró los ojos y frotó la parte de su sien mientras se alejaba de la puerta a toda prisa, con Itachi pegado al costado, esperanzado de no estar a la vista cuando los demás emerjan del edificio.

Se estremeció al oír su nombre a lo lejos y apresuró el paso. Como si no fuera suficiente escuchar la voz chillona de Ino quien encontró la forma de colocarse junto a él, lo dejó exhausto. Gracias a Karin que tuvo el corazón de sentarse del otro lado rebatiendo con éxito cada palabra de Ino, no lidió con una jaqueca mayor.

No es que fuera incapaz de contener a Ino, pero le exaspera la insistencia a la que se aferra a él a pesar de los duros rechazos. Sombrío, se preguntó quién se cansará primero.

—Hablaré con padre y así decrete que Ino no se acerque a mí a menos de diez metros —farfulló malhumorado Sasuke, incapaz de ocultar su irritación. Itachi lanzó una risa divertida desde su lado con las manos detrás de la espalda.

—Sería imposible si no queremos a los Yamanaka como enemigos. —Sasuke gimió agredido ante la negativa de Itachi—. No deberías angustiarte, ahora tienes un método infalible para contrarrestar a Ino.

—Karin no siempre estará conmigo.

—Me refería a la señorita Sakura.

Si fuera posible tropezar con sus propios pies, Sasuke lo consiguió. Por fortuna, nada más fue un gesto en falso y recobró la compostura luchando contra su propio sonrojo. No pasó desapercibido a los ojos de Itachi quien se rio a expensas de él.

—Acepta que es una excelente idea.

—Buenas noches, hermano —le cortó la conversación, el menor sintiendo sus orejas arder mientras se desviaba por otro camino, Itachi no le impidió su huida, pero siguió riéndose a expensas de él.

La luna colgaba en lo alto bañándolo de cierta luz, además de las linternas apostadas en algunas partes externas alrededor de cada edificio, alumbrando su andar. Se escabulló por los caminos en dirección a su Pabellón, prestando menos atención a su alrededor a favor de sumergirse en sus cavilaciones.