/48/ Te mentí, no me dejes

586 54 86
                                    

¡CAPÍTULO NUEVOOOO! 

Y con esto, terminamos la racha de actualizaciones (casi) seguidas. Ya no tengo nada escrito, así que tendrán que esperar hasta el próximo, pero no se desanimen, traje un tributo -les lanza el capítulo-

No olviden leer las notas finales, ¡tengo noticias importantes!

Advertencia del capítulo: es largo, igual no lo van a sentir y pondremos en práctica algunas advertencias que leyeron en el primer apartado de este fics *giño, giño*

Advertencia del capítulo: es largo, igual no lo van a sentir y pondremos en práctica algunas advertencias que leyeron en el primer apartado de este fics *giño, giño*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El peor crimen que alguien puede cometer en la vida es despertar a Sakura.

No tiene las mejores tendencias de sueño ni el humor (esto dependiendo a quién le pregunten) al despertarse. Y basándose del lugar en que se encuentra decidirá si es completamente seguro dormir profundamente o mantenerse en guardia.

El Pabellón de Sasuke por sí sólo es un lugar seguro, no importaba qué, descansaba con la certeza a qué nada la dañaría mientras él estuviera cerca. Por eso su subconsciente apenas reaccionó al sonido lejano de azotes (puertas abriéndose y cerrándose, quizás) y su nombre siendo gritado por una voz femenina.

Al principio no lo reconoció, ocupándose en despertar abruptamente mientras parpadeaba, recuperando la consciencia de poco a poco.

Somnolienta, fijó la vista pérdida en la puerta justo en el momento que se abrió revelando a una desesperada Hinata. De todas las personas que imaginó cruzar por el umbral, ni remotamente consideró a la sacerdotisa.

Vaya, algo grande debía aquejarla si perdió el porte sereno, pensó distraída.

—¡Sakura, por fin te encuentro!

La aludida parpadeó varias veces hasta enfocar a la joven sacerdotisa qué se apresuraba a la cama oyéndose completamente urgente y preocupada. Hinata le dio un vistazo y se quedó asombrada, dando una exclamación mientras estiraba por inercia la mano al rostro de Sakura.

—¿Qué sucedió con tu ojo?

Tardíamente la aludida reconoció que Hinata veía fijamente su ojo derecho con cierta estupefacción. Al cabo de unos segundos, farfulló en voz baja y se cubrió el ojo recordando que, horas antes había despertado a cambiarse de ropa (divirtiéndose secretamente al darse cuenta que Sasuke no le quitó más allá de las botas) y entre sus pliegues se coló el talismán de ocultación de su ojo rojo carmín.

Le estaba afectando esta sensación de comodidad alrededor de Sasuke que inclusive dejó a un lado el talismán que alimenta por inercia todos los días.

Con un gesto de la misma mano, despidió las inquietudes de la sacerdotisa. Estuvo bien. Hinata no la veía con horror o asco.

—Tengo heterocromía, ignóralo —explicó buscando con la mirada su ropa.

Eterno Equinoccio [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora