Aclaraciones del capítulo: está centrado en Sakura y su misterioso maestro mencionado hace dos capítulos. ¡espero y les guste!
Sakura aterrizó al final del segundo sector del Bosque de los Lamentos suspirando audiblemente, estirando su cuerpo cual gato que durmió una siesta agradable y tenía los músculos tensos. Contrario a esto, simplemente se acurruco dentro de un árbol hueco en espera a que el Gigante se dispersara por completo.
Ni estando completamente loca se aventuraría de noche teniendo ese Ira merodeando y convertirse en un número más en su lista de víctimas. Quería vivir, muchas gracias.
Eludir criaturas peligrosas parecía más una rutina, no por nada conocía cada hueco seguro de ese bosque para tener una noche sin preocupaciones. Años de vagar y explorar los alrededores no fueron en vano aun cuando su maestro la reprendió en adentrarse sin compañía. El Bosque de los Lamentos terminaba siendo tumba segura para quién no supiera atravesarlo.
Ociosamente se preguntó si sobrevivieron el puñado de Cazadores. Lo conseguirán si tomaron sus consejos, a menos que sean ineptos para acatar simples órdenes. Tampoco es asunto suyo. Saciará su curiosidad en cuanto llegue a su destino.
Se distrajo al percibir al dragón removerse en los pliegues de su kimono. Agachó la mirada y se encontró con unos enormes ojos verdes que la veían fijamente, el dragón arrulló y apoyándose de su pecho, mirándola con ojos de cordero.
Ella entrecerró los suyos dándole un jalón de oreja. El dragón soltó un quejido y lloriqueo.
—Tú, pequeño renacuajo. ¿Qué pensabas al deambular por los sectores así? —reclamó sabiendo que el pequeño dragón era sumamente curioso y debido a esto desobedecía—. Bueno, no me corresponde a mi reprenderte, tendrás que enfrentar las consecuencias.
Inmediatamente el dragón, Drako, se desinfló y grazno, replicando con aleteos de alas y sonidos chillantes. Sakura le soltó la oreja en respuesta y le dedicó una mirada desairada.
—¡Ah-Ah! No me mires así, yo no soy tu amo —se negó a mirarlo a los ojos sabiendo que cedería.
Perezosa, sacudió la suciedad de sus ropajes, ajustó las botas, afianzó el cabello en cola de caballo y retomó su camino.
El límite entre el final del segundo y comienzo del tercer sector resultaba una línea larga de separación, una parte desabrida de troncos secos y retorcidos que vieron mejores días, con ramas secas y hojas marchitas esparcidas por el suelo oscuro, de tierra seca y sin vida dando un cuadro perfecto de la muerte misma. Pareciera que en cualquier instante saldría un demonio entre los huecos secos de los árboles para llevarte al averno.
La llanura sombría cuya única pincelada pintoresca era el cielo azul con nubes cubriendo los rayos del sol y el Monte TongLu a lo lejos que se alzaba imponente. Lo comparó con el Monte de las Ánimas y era un contraste sorprendente. Las energías que emitían dichos montes eran distintas entre sí, de igual modo los paisajes siendo dos caras de una moneda.
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Eterno Equinoccio [SasuSaku]
FanfictionEl aleteo silencioso de una mariposa es suficiente para crear una tormenta y Sasuke lo sabía mejor que nadie. Pero en ocasiones ese silencio es tan ruidoso y vistoso que uno permanece estupefacto ante la misma tempestad. Fue tan evidente cuando el m...