Capitulo 8

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Mientras yo casi moría por la cantidad de golpes que había recibido, la princesa Daphne, esa mujer que parecía el diablo, se llenaba de valor al verme casi sin vida allí en el suelo y con astucia planeaba su siguiente jugada en contra de mi rey

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Mientras yo casi moría por la cantidad de golpes que había recibido, la princesa Daphne, esa mujer que parecía el diablo, se llenaba de valor al verme casi sin vida allí en el suelo y con astucia planeaba su siguiente jugada en contra de mi rey.

-¿Puede anunciarle a su majestad el rey Axel que su prometida solicita verle?-  dijo Daphne a uno de los guardias que custodiaba la puerta de la habitación real

Mientras esperaba a que el hombre le diera noticias, se aseguraba de que todo lo que tenía planeado saliera a la perfección. Aquella mujer era tan mala que pensaba dormir al rey y hacerle creer que había pasado la noche con ella, mientras se encargaba de mantenerme a mi alejada de aquel cuarto.

-Princesa, su majestad la espera - Respondió el guardia dándole paso a la habitación y cerrando la puerta tras su entrada

-¿que ocurre Daphne? -dijo Axel desde el escritorio en su habitación-

-No es nada en especial su alteza, solo quería pasar un rato agradable con usted, no hemos pasado mucho tiempo justos desde que regresó y quería saber como estaba todo, como se sentía de nuevo en casa

-Muy amable de tu parte en venir a preguntar, pero como puedes ver, estoy bastante ocupado, no quiero ser grosero pero espero que entiendas que no tengo tiempo para perder. Así que te agradecería que regresaras a tu habitación

la mujer se llenó de rabia al escuchar el desprecio que el rey Axel le ofrecía y sin dudarlo puso en marcha su plan

-Su majestad, comprendo sus ocupaciones, pero por favor no me niegue la posibilidad de compartir una copa de vino con usted -dijo acercándose a la pequeña despensa de vinos especiales que tenía el rey en su habitación.

Con cautela, Daphne sacó un pequeñísimo frasco con un liquido tan discreto, que no podría sentirse rastro alguno de este, y sin dejar que el rey lo viera, lo vació en aquella copa de vino tinto y se la dio

-por favor comparta esta copa conmigo, le prometo que después de esto regresaré a mi habitación

Sin ganas el rey Axel la recibió y bebió un poco de aquel vino, pero con un par de tragos más fue suficiente para que cayera en un profundo sueño

-Ahora sí Axel, vas a comenzar a pagar por lo que me has hecho sentir- dijo la princesa mientras se quitaba poco a poco la ropa que llevaba y hacia lo mismo con el rey, quedando ambos completamente desnudos. Con dificultad, Daphne llevó al rey hasta la cama y allí se acostó junto a él, para que al despertar este creyera que había estado con esa mujer, aquella a la que no amaba.

En el harén las cosas tampoco era que estuvieran mejor, pues todas las mujeres vieron el desastre en el que habían dejado mi rostro y era increíble que algo así estuviera ocurriendo

-Irina despierta, por lo que más quieras despierta -escuché a lo lejos tratando de recuperar mis sentidos- ¿pero quien podría haberte hecho esto niña? te querían matar

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