Capítulo 16

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Después de aquella charla tan abierta con la reina los días en palacio habían comenzado a transcurrir de manera rápida

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Después de aquella charla tan abierta con la reina los días en palacio habían comenzado a transcurrir de manera rápida. Sabía que Axel y yo íbamos a casarnos, pero no sabía que tan cerca estaba ese día.

-Irina -dijo la reina Marie al verme cruzar un pasillo-

-Dígame su majestad- respondí-

-Necesitas venir conmigo, hay algo que quiero mostrarte -dijo con emoción en su voz-

Me intrigaban las sorpresas de la reina, porque en poco tiempo había descubierto que era una mujer buena y generosa, una mujer que amaba a su hijo y que lo único que buscaba era la felicidad.

-¿Que ocurre? -pregunté intrigada-

-Ya lo verás, seguro te va a sorprender -respondió ella con una pequeña sonrisa-

Caminamos juntas hasta el gran salón de las coronas, allí estaban todas las ropas y coronas que el rey y su madre utilizaban en las galas y eventos más memorables. Muy en el fondo junto a un gran ventanal había un busto cubierto con una enorme capa roja, lo que me intrigaba era que este no se encontraba junto a ninguno de los trajes antes usados por ellos.

-¿Qué es? -pregunté señalando el busto cubierto

-Bueno, primero dime, ¿ya tienes el vestido con el que vas a casarte?

-No, estaba por ir a la modista -respondí- Madre, usted sabe que no cuento con mucho para comprar un vestido que llegue a la altura de estos -dije señalando las majestuosidades que allí habían

-Irina, hace mucho dejaste de ser una concubina, Axel no va a negarte nada que le pidas, incluso puedes recurrir a mi, eres la futura reina de Alemania y debes lucir como tal

-Me avergüenza pedirles madre, no me siento bien haciéndolo, no quiero que piensen que soy una mujer interesada que solo busca el beneficio del rey porque no es así

-No lo digas hija- mencionó Marie haciéndome callar- jamás pensaríamos eso de ti, Axel y yo hemos visto el profundo amor que tienes, sé que amas a mi hijo Irina, nunca pondría en duda eso.

-Gracias madre, de verdad agradezco que usted me haya aceptado y que haya aceptado el amor que hay entre Axel y yo. Sé que los reinos buscan unir fuerzas y generar alianzas con los matrimonios, pero míreme ¿Qué puedo ofrecerles yo, que puedo hacer por este país?  no soy más que una simple mujer

-No Irina y no digas eso nunca más, eres la reina de Alemania, la esposa del rey más importante en este momento y sé que vas a lograr mucho por este país, todos te van a amar. No es necesario que tengas poder o una gran fortuna, la fortuna es que estés y que permanezcas junto a mi hijo. Mira nada más todas las alianzas que ha logrado desde que está contigo, nunca lo había visto con tanta motivación, este reino tiene un muy buen sustento económico y todo ha mejorado desde que Axel y tu decidieron luchar por su amor, esa es la verdadera fortuna y no necesitamos nada más.

Para mi era hermoso escuchar todo esto dicho por la madre del rey, yo amaba a Axel y no había absolutamente nada que pudiera hacerme olvidar de él, estaba dispuesta a hacer todo por él, me convertiría en la mejor reina con tal de ver a Axel feliz.

-Gracias madre- dije abrazándola fuertemente- no se imagina lo valioso que es para mi todo esto y no tiene idea del cariño que le he tomado

-Y yo también a ti pequeña, por eso quiero darte tu regalo de bodas -dijo emocionada- Por favor ayúdame a quitar esta capa, está un poco pesada

Mientras quitábamos esa capa roja se iba descubriendo un hermoso vestido blanco cubierto con un millón de diamantes, era el vestido más hermoso que jamás había visto, nunca en la vida hubiera pensado en casarme con tal cosa, era mucho más de lo que alguien podía pedir

-¿que te parece?- preguntó la reina-

-Es hermoso -respondí anonadada-

-este es tu vestido de novia Irina, fue mío y ahora es tuyo, le mandé a hacer un par de modificaciones ya sabes, para adaptarlo un poco más a la época.

-Madre no podría, es un vestido hermoso -dije con lágrimas en los ojos

-Sí que podrás, este es tu vestido de novia y vas a lucirlo hermosa el día de tu boda-

-no sé que decirle madre, más que gracias, es usted una mujer increíble, nunca hubiese podido pedir algo así y usted me está dando la oportunidad de lucir como una verdadera reina, no puedo hacer más que agradecerle toda mi vida por permitirme ser parte de la familia real, le prometo que haré muy feliz a Axel y haré lo mejor por el pueblo

-Sé que así será mi pequeña Irina, ahora vamos a elegir tu corona, debe combinar con el ramo que quieres llevar

Con emoción y limpiando mis lágrimas asentí y juntas hicimos un largo recorrido por el salón; al final elegimos una hermosa corona con diamantes y zafiros que combinaba a la perfección con el ramo de hortensias y muscaris, un par de zapatos blancos y un velo con detalles de encaje en azul que le daban al vestido un toque de fantasía. 

Nunca nadie me había preparado para esto y jamás hubiese pensado que yo, Irina Vasiliev, hija de unos padres campesinos, algún día estaría preparándome para gobernar un país de la mano de mi amado esposo, el hombre a quien más he amado en esta vida, sin embargo estaba segura de que juntos lo haríamos todo, si Axel estaba a mi lado, todo podría ser posible.

Los días continuaban pasando y ya solo faltaba una semana para la boda real, había pasado casi un mes desde que descubrimos a la princesa Daphne y ahora estaba a punto de ser enviada de regreso a su país.

-Juro que voy a vengarme de todos ustedes, en especial de ti Irina- gritaba la mujer mientras la llevaban casi a rastras por los pasillos del palacio para entregarla a su reino- tu me quitaste todo por lo que yo había luchado toda mi vida, pero juro que no vas a disfrutar de esto, este reino será mío y tu vas a morir

Todas las mujeres del harén escucharon las maldiciones lanzadas por la princesa, mientras yo la miraba desde una torre junto con la reina

-No hagas caso a lo que dice, es una mujer mala y llena de odio, ni Axel ni yo permitiríamos jamás que algo te ocurriera

-No lo sé madre, debo reconocer que tengo miedo, una persona con el odio que tiene la princesa Daphne puede causar mucho daño

-Déjalo atrás, a partir de ahora Daphne solo será un mal recuerdo y la guerra que su padre tanto amenazaba nunca podrá ser, ahora somo un reino fuerte tenemos muchos aliados, no creo que quiera involucrarse más.

Después de esto traté de no darle más vueltas al asunto, sin embargo algo dentro de mi me decía que estuviera alerta, aunque Daphne no estaba, la intranquilidad continuaba latente.

LA ÚLTIMA REINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora