Capitulo 23

19 4 0
                                    

No tuve consciencia por un buen tiempo, durante ese largo sueño la presencia de los seres que más había amado en todo el mundo me estaba acompañando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No tuve consciencia por un buen tiempo, durante ese largo sueño la presencia de los seres que más había amado en todo el mundo me estaba acompañando. Mamá y papá estuvieron conmigo cuidándome, o al menos así lo sentí. No estaba despierta, no sabía cual era mi realidad, pero podía verlos, escucharlos, sentir sus caricias, y esa era la única "realidad" que quería aceptar. 

—Recuerda que tu padre y yo siempre estaremos a tu lado, no hay un paso que des sin que nosotros tomemos tu mano— dijo mamá mientras me acariciaba el rostro con la delicadeza que solía hacerlo—

—No saben cuánto los extrañé, lloré mares por su partida, tan cruel y despiadada a manos de aquellos soldados. Por favor prométanme que nunca más volverán a dejarme—dije, mientras tomaba la mano de mis padres— tienen que conocer a sus nietos, a mi esposo, es el hombre más increíble que jamás hayan visto—

—Pero ya los conocemos querida hija— respondió papá— los conocimos desde que estaban en tu vientre, y tu esposo...—dijo soltado una sonrisa cálida— que gran hombre es, te hizo reina, calmó tu dolor, te hizo madre, cuidó de ti hasta más no poder, y ahora hace hasta lo imposible por encontrarte—soltó—

—¿encontrarme?—pregunté confundida— pero si estamos en el palacio padre, para qué me va a buscar si él sabe perfectamente donde hallarme

Mis padres se miraron uno al otro con un deje de dolor, yo no había logrado comprender que aquella imagen y aquella conversación no era más que un simple sueño, creía que esa era mi realidad, cuando nada estaba más lejos de ello

—Querida hija— dijo mi madre tomándome ambas manos— debes tener presente que tu padre y yo seguiremos acompañándote y cuidándote y esta vez lo haremos más que nunca. Tienes que entender que al abrir los ojos, tu realidad no será la de antes mi amada Irina, pero vas a luchar y a ser fuerte, nosotros te daremos esa fuerza que vas a necesitar

— espera mamá, ¿de qué hablas?— cuestioné confundida, pues realmente no asimilaba lo que estaba soñando

—mi pequeña hijita— dijo papá acariciando mi cabello con amor y dulzura— el camino que estás por transitar se tornará un tanto difícil, pero no te preocupes, la lucha no será larga, y tu, saldrás victoriosa, todo lo malo quedará atrás y tu serás recordada por todos

—¿estoy soñando, verdad?—pregunté con lágrimas en mis ojos, rogando que no fuera así—

Mis queridos padres asintieron, dándome la respuesta a aquella pregunta 

—eso quiere decir que, ¿ no los volveré a ver?

—hija mía, recuerda que estaremos a tu lado siempre, pase lo que pase, no olvides esto que tu padre y yo acabamos de decir, serás la última y la mejor reina que el mundo jamás pueda tener. Nosotros de este lado nos sentimos orgullos de la gran mujer en la que te has convertido

—por favor no me dejen—supliqué con las lágrimas rodando por mi mejilla—

—te amamos preciosa Irina— dijeron, para luego desaparecer en medio de una fuerte e intensa luz blanca

La molestia de aquella luz provocó en mí un fuerte dolor en la cabeza, mismo que me obligó a reaccionar. En efecto, el dolor era insoportable, pero no tanto como las cadenas que ataban mis manos tras un troco, en el calabozo de un enorme barco.

—Mamá, papá— susurré mientras despertaba poco a poco de aquel sueño y el dolor de cabeza se apoderaba por completo de mi

Estaba sola en aquel lugar frío y oscuro, pero tampoco deseaba compañía alguna. Halé mis manos hacia adelante en un intento fallido por recuperar el movimiento, pero resultó inútil y altamente doloroso, mi cabeza daba vueltas y no recordaba  casi nada de lo que había pasado, incluso no recordaba bien quien era, me resultaba un completo lío aclarar mis ideas. Todo se estaba  volviendo tormentoso

—Hasta que abres los ojos—escuché decir a alguien que entraba a aquel calabozo, dejando que la luz de afuera alumbrara un poco aquel  gélido rincón.

—¿Quién eres y por qué estoy aquí, golpeada y en esta situación?—pregunté aún sin recordar quien era, aun sin saber lo que en realidad había pasado

La voz de aquella mujer soltó una risita burlona, y sí, me enfureció no tener una respuesta. Con y sin memoria, el odio hacia esa mujer era fuerte. 

—Eres una esclava, te rescatamos de ser matada a golpes por tu amo, te trajimos aquí para llevarte a mi palacio y darte una nueva oportunidad. Vivirás gracias a nosotros

Sus palabras me resultaban un poco dudosas

—¿entonces por qué las cadenas?—pregunté—

—¿No lo recuerdas?—cuestionó aquella voz chillona— querías golpearnos a todos, incluso a mi, que soy la reina de esta nación, tuvimos que darte algo para dormir y que lograras calmarte un poco y al parecer... funcionó

El golpe que recibí en el palacio, antes de que Daphne me raptara, había provocado en mi una pérdida de memoria temporal, por lo que no tenía certeza de si lo que esa mujer decía era verdad o no. En realidad Daphne era la reina de la mentira, en cuestión de segundos creó una historia convincente para que yo no  recordara mi pasado, sin embargo  y aunque no recordaba nada, algo en mi interior me forzaba a dudar de todo lo que aquella mujer me decía.

Después de haber sido la reina de un hermoso y cálido pueblo,  la maldad de Daphne, me había dejado como una esclava, ahora estaba donde había iniciado todo; tal vez, este podría ser un nuevo comienzo.

¡Si te gustó, recuerda comentar y votar!


LA ÚLTIMA REINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora