Ojo por ojo

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Fenrir jamás sería libre mientras Tyr estuviera cerca, eso era muy claro para Loki por lo que el dios de la guerra era el primer obstáculo del que debía deshacerse para conseguir el objetivo. Pero no era tan fácil como sonaba, después de todo Tyr contaba con el apoyo de los reinos, y algunos de los seres más poderosos del norte. Pero luego una idea vino a su cabeza, alguien tan precavido como el dios de la guerra tendría un plan por si él no estaba presente, una contingencia que Loki podría manipular para hacerse con el control del perro de guerra. Esa fue la idea que lo inició todo.

Poco a poco Loki fue preparando todos los eventos que llevarían a la caída de Tyr y todo su grupo, el primer paso del plan fue el más difícil, debilitar a los miembros del equipo de Tyr uno por uno para que no pudieran intervenir en el desarrollo de Fenrir ni en su escape. Para lograr eso Loki planifico minuciosamente todos los eventos previos a la llegada del asgardiano a Midgard. Primero envió a la serpiente del mundo a Muspelheim para encender algunas alarmas y llamar la atención de Odín, con el padre de todo alerta el siguiente movimiento fue fácil de predecir, el cual fue enviar al perro de guerra a investigar, lo que culmino con una pelea entre Fenrir y Jormungandr. Por seguridad Tyr mantenía a Fenrir monitoreado en todo momento, mediante los informes de sus misiones o con la ayuda de Odín y sus cuervos, por lo que el dios de los engaños busco ayuda en la magia antigua, encontrando una forma de corromper el lazo que había entre los cuervos cortando la visión que el rey de Asgard tenía en todos los reinos y con eso la vigilancia sobre la cual Fenrir estaba sometido.

Eso claramente preocupo al dios de la guerra y sin nadie que pudiera vigilar de cerca al asgardiano, se vio obligado a regresar a Asgard para vigilarlo personalmente, justo donde Loki lo quería. El resto fue más fácil, solo tuvo que convencer a Baldur de causar algo de alboroto en Alfheim, para desviar la atención y con un poco de simple magia ilusoria escondió el mjolnir volviéndolo invisible para que Thor pudiera llevarlo a Jotunheim bajo el pretexto de una misión diplomática, de esa forma se aseguró de mantener a Starkadr ocupado, el primero de los nueve que pudo sacar del tablero.

Tyr siendo el estratega consagrado que era comenzó a notar cierto patrón, y pudo ver que alguien estaba intentando acorralarlo, pero aún no podía decir con seguridad que buscaban, sin embargo, su prioridad era permanecer en Asgard para vigilar a Fenrir de cerca y asegurarse que no se saliera de control o que alguien pudiera llegar a él. Pero la naturaleza paranoica del dios de la guerra no le permitía quedarse sentado sin hacer nada, esperando hasta que los conspiradores decidieran salir de las sombras, así que apenas escucho de la última señal de un cuervo que vigilaba la zona helada del cantero, decidió ir a investigar personalmente, llevándose a Fenrir con él para seguir con la vigilancia.

Y como se suele decir el resto es historia.

DxD

En un campo de batalla repleto de pequeños cráteres humeantes, la reina de la caza y el gigante de fuego se encontraban intercambiando ataques con sus armas. A pesar de la facilidad con la que Surtur bloqueaba los ataques era el único de los dos que tenía heridas significativas, varios cortes menores a lo largo del cuerpo mostraban que Mei castigaba sin misericordia las aperturas en su defensa, y por otro lado estaban las partes de su ropa que habían sido destruidas por la explosión que lo había tomado por sorpresa. Pero a pesar de todo, el rostro de Surtur permanecía impasible, pero perder tanto tiempo en esta pequeña distracción estaba agotando su paciencia, la cual tristemente no era tan grande como si lo era su poder, así que negándose a perder más tiempo abandonó su postura pasiva para pasar a algo más agresivo.

En lugar de limitarse a bloquear los ataques de la elfa, el anciano comenzó a lanzar golpes por su propia cuenta, los cuales eran lentos, pero con una increíble fuerza detrás de cada impacto gracias a su naturaleza de gigante. Mei abrió los ojos con sorpresa, ya que cada vez que la hoja de la espada chocaba contra su guadaña, sus pies se arrastraban por el suelo haciéndola retroceder a la fuerza, obligándola a dejar de atacar y concentrarse únicamente en bloquear los ataques, invirtiendo los papeles entre el que atacaba y el que se defendía. Cada golpe hacia temblar sus brazos y para cuando volvió a bloquear otro de los cortes de la espada, sus brazos cedieron por el cansancio, dejándola completamente expuesta, momento que Surtur aprovecho para lanzar un corte vertical con su espada. Como no había forma de bloquear ese ataque Mei intento saltar hacia atrás para esquivarlo mientras un par de alas brotaban de su espalda para elevarse en el aire, esquivando el corte exitosamente. Pero antes de poder volar un poco más lejos para tomar distancia, la mano de Surtur se aferró firmemente contra su pie, impidiendo que pudiera llegar más lejos y aprovechando la abismal diferencia de fuerza física que había entre los dos, la lanzo fuertemente contra el suelo, con tanta fuerza que un pequeño cráter se había formado debajo de la chica al momento de estrellarse.

DxD El AsgardianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora