Detrás de la mirada

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El Asgardiando quedo momentáneamente paralizado, frente a el se encontraba aquel gigante orbe de color dorado como los de el, sólo que con una tonalidad roja, como si estuvieran reflejando el Muspelheim mismo. Vigilandolo con detenimiento, la pupila rasgada le hacia sentir lo pequeño que era en comparación a su gigante portador. Después de todo si el ojo que lo vigilaba le superaba enormemente.¿Que se podía esperar de la criatura que estaba detrás de la mirada?.

Pero gracias al sentimiento de peligro sus sentidos se pusieron en alerta, para asegurarse de que el guerrero pudiera prepararse y estuviera listo ante la batalla que se aproximaba. El sentimiento siempre era igual de fuerte que la primera vez, Pero con el tiempo uno aprendia a reaccionar más rápido.

Su primer movimiento lógico fue tomar distancia, Ya que lo más importante en ese momento era mirar el panorama completo para tomar una decisión acertada. El guerrero iba retrocediendo con grandes saltos hacia atrás, impulsadose cada vez más lejos. Pero por más que lo intentaba no lograba ver la totalidad de la criatura frente a el.

Al no poder ver la totalidad de su enemigo no se sentía preparado para atacar, así que no me tuvo más opción que esperar a que la colosal criatura realizará el primer movimiento, era arriesgado pero al mismo tiempo era la ruta más segura a seguir, ya que si se arriesgaba a golpear primero le podía ir muy mal. Desconocía al rival, sus habilidades y si era consciente de sus acciones ya que de ser así significaría que era un ser inteligente y por lo tanto una amenaza mucho mayor.

Esperó pacientemente sin mover un músculo, y su inmovilidad pareció provocar a la criatura, Ya que en esta ocasión fue el monstruo quien retrocedió en una aparente búsqueda de un ángulo apropiado para el ataque. Debido a su tamaño, cada movimiento que daba hacia retumbar la tierra, sacudiendo los escombros y generando una corriente de aire que disipaba la niebla de cenizas.

Con esto se pudo tener una mayor claridad visual de lo que tenía enfrente, el lúgubre paraje se convirtió en la viva imagen del infierno, con un intenso brillo de color carmesí que brotaba de la tierra misma, producto del intenso calor que se desprendía desde lo más profundo del reino. Kilómetros y kilómetros de incandescente llanura que mostraba a Muspelheim en su máximo esplendor. Y de frente lo tenía a EL.

Una criatura que carecía de piernas y brazos, o algun tipo de extremidad, la cual contaba únicamente con un cuerpo que se envolvía sobre si misma y recorría la tierra hasta el horizonte donde llegaba la vista y se dividia el la tierra del cielo e incluso más allá, sus escamas, con un color tan vivo y a la ves tan desgastado como un testimonio de un joven cuerpo el cual había atravesado grandes obstáculos.

Frente al guerrero se encontraba una Leyenda, cuya sola presencia bastó para amedrentar a los Dioses Aesir, una criatura que no necesitó de brazos para mantenerse en una pelea individual contra el Dios del trueno y su poderoso martillo.....La serpiente del mundo.

La serpiente del mundo

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- Jormungander -. Susurro en un tono de voz repleto de incredulidad, cada vez que intentaba encontrar una respuesta lógica para responder el enigma frente a el, cinco nuevas preguntas aparecían para atormentar la mente del guerrero.

DxD El AsgardianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora