DxD El Asgardiano

Padre supremo cegado

Habían pasado unos 5 días aproximadamente desde que el muchacho entro en recuperación, todo el tiempo estuvo bajo la atenta mirada de Rossweisse, quien le prohibió hacer el más minimo esfuerzo, encargándose personalmente de su cuidado. Desde la alimentación, revisión e incluso la higiene, la Valkiria se encargó de todo, le costaba olvidar el día en el la chica entró al cuarto con un balde de agua y una esponja, ordenandole que se quitará la ropa.

Sin embargo había algo que le molestaba en gran medida, y le impedía disfrutar de los cuidados que la Valkiria tan atentamente le brindaba. La presencia de Loki en el reino de fuego era algo que lo tenía desconcertado, momentos antes de salir Odin expresó su desconfianza hacia Loki, y el echo de que no quería darle la misión a el. Entonces ¿porque el hijo de Odin estaba en Muspleheim aquel día?

- Últimamente estas muy pensativo - Dijo Rosswisse mientras le daba de comer al joven

- No es que me dejes mucho por hacer - Respondió el joven mientras comía lo que la peliblanca le daba, no se iba a quejar, pero algunas veces era muy exagerada, hasta el punto en el que no le dejaba comer por su cuenta e insistía en darle ella la comida, impidiendole realizar cualquier tipo de tarea, lo que generó un enorme aburrimiento en el muchacho.

- No escuche quejas cuando tocaba tu baño de esponja - comentó ella en un tono de burla y con una pequeña sonrisa. Antes de que el muchacho pudiera replicar, la puerta de la habitación se abrió lentamente, dejando entrar a una persona que miró a ambos jóvenes con en silencio, antes de hablar con un tono de voz sereno, a la vez que juguetón.

- ¿Interrumpo algo? - Pregunto el nuevo integrante en la habitación, su apariencia era la de un anciano alrededor de sus 70 años, completamente calvo, pero compensado con una frondosa barba blanca que descendía por su rostro. Al parecer dejarse una barba excesivamente larga era una tendencia entre los Dioses Aesir más ancianos.

- ¿S..señor Tyr? - Pregunto la sonrojada Valkiria, tenía vergüenza por ser vista en aquel acto tan penoso para ella, arrimada a un lado de la camilla y alimentando al joven guerrero. El simple echo de ser encontrada en esa escena, rompía por completo con la imagen de mujer seria que tanto se había esforzado en mostrar ante los demás en Asgard.

El muchacho simplemente se quedó callado, mientras ponía su completa atención en el Dios de la guerra. De todos los Dioses Aesir, Tyr era probablemente al que más respetaba e idolatraba, después de todo el hombre lo había tomado bajo su tutela y se había encargado de entrenarlo durante varios años.

- Me apena hacer esto cuando sigues en recuperación - hablo el anciano mientras miraba al joven con lástima - Pero necesito que vengas conmigo -

El joven se extraño por aquello, usualmente Tyr deseaba resolver los conflictos por medio de la palabra y la negociación. Un terreno en el que el joven tenía poca experiencia, lo que hacía que fueran pocas las ocaciones en las que el Dios solicitaba su ayuda, casi siempre en situaciones donde la paz no era una opción.

- Dame un momento y estaré listo - Respondió con total seguridad mientras se levantaba de la camilla, dejando ver su cuerpo cubierto de vendas, principalmente en el abdomen y el hombro derecho.

- Bien, nos vemos en la sala de teletransporte - Una vez dicho esto Tyr salió de la habitación, dejando la sala en completo silencio, mientras el chico se preparaba para irse.

Antes de poder llegar a la puerta, sintió un suave agarre en su muñeca que detuvo su movimiento, el joven se giró solamente para encontrarse de frente con el rostro de Rossweisse, la chica se veía preocupada, mientras mantenía el agarre sobre su muñeca.

Durante unos momentos ninguno de los dos dijo una sola palabra, hasta que Rosswisse tomo valor y levantó la mirada, para ver al joven a los ojos. Apenas si había podido caminar hace 3 días, y el resto de su cuerpo aún no estaba en condiciones óptimas para volver al servicio de manera tan apresurada, la Valkiria estaba sumamente preocupada por lo que podría pasar si el iba a pelear en ese estado.