Capítulo 2

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Ojalá no hubiera dejado a Mu Qing aquel día...

Vio a Xie Lian buscar comida y creyo tontamente que Mu Qing se quedaría esperando.

Esa fue la última vez que vio a Mu Qing.

Habían pasado ocho años desde ese entonces.

Aún guardaba el diploma de la escuela de Mu Qing, él se había esforzado tanto por conseguir la nota perfecta y al final el día de las calificaciones no pudo ver su trabajo ya terminado.

Convenció al director de que le entregara los papeles de Mu Qing a él con la esperanza de volver a ver a su amigo.

Feng Xin se preparó para ir al trabajo, no era un empleo de lo mejor pero al menos tenía trabajo.

Trabajaba como oficial de policía en la estación más grande de la ciudad costera en la que se encontraba sin embargo, como en miles de estaciones policiales la corrupción no faltaba y él debía ocuparse de todos aquellos casos que fueron ignorados por policías corruptos.

La paga era regular, por más que cumpliera con su obligación no faltaba quien se quedara con el dinero. No tenía una casa grande pero era de un tamaño aceptable y era bonita por dentro, con eso bastaba para sobrevivir.

Cuando era joven hubiera querido ser un gran corredor de la F1, sin duda hubiera conseguido aquel sueño de no ser por la repentina desaparición de Mu Qing y esa fue su principal razón para volverse policía;  también considero ser detective pero lo considero muy cansado por el hecho de tener que razonar y comprender el comportamiento del criminal, simplemente era demasiado para el.

Afortunadamente con los años logró reunir algunas pistas sobre lo ocurrido con Mu Qing el día de la tragedia y su posible paradero actual, no eran más que teorías o especulaciones pero al menos tenía información.


Al llegar a la central de policías fue recibido por Lin Wen, ella se encargaba de analizar y organizar los casos y en algunas ocasiones coordinaba los equipos para algunas misiones.

—Oficial Feng Xin, le tengo un caso preparado.

—¿De que se trata esta vez?

—El primo de su mejor amigo está causando estragos en el centro de la ciudad de nuevo.—No hizo falta decir nada más para que una migraña se hiciera presente.

—¿Donde lo encuentro?

—Usted se dará cuenta tan pronto llegue.—Sin duda aquello no era nada alentador.

Lin Wen no dijo nada más y se fue.

La primera vez que Qi Rong se metió en problemas graves Feng Xin ya trabajaba como policía y por esta razón Xie Lian había acudido con él para pedirle ayuda y sacar a su primo de la cárcel, Feng Xin tuvo que aceptar a regañadientes aquella petición.

Que forma tan horrible de comenzar su día.

Aún con todo y su reciente dolor de cabeza se dirigió a su vehículo para irse de una vez.

El trayecto fue bastante tranquilo, no hubo problemas en absoluto con la excepción de la entrada al centro de la ciudad estaba siendo interrumpida por un maníaco vestido de verde bastante vulgar y gritando a todo pulmón que si no le daban un tanque blindado entonces acabaría con todos...

Tomó su teléfono y rápidamente introdujo el número de Xie Lian.

Su llamada fue atendida casi en un instante.

—No me digas...,¿Qi Rong está causando problemas cierto?

—Más que problemas yo diria que esta asediando el centro por su cuenta.—Dijo mientras tomaba otra calle para salir por detrás del conflicto.

Así nos quiso el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora