Capítulo 15

58 2 1
                                    

Pasaba la media noche y recién iba de regreso, sin duda fue mala suerte que el mercado estuviera tan abarrotado a altas horas de la noche. Hacía frío y tenía hambre, hubiera comprado al menos un bocadillo.

Las calles estaban oscuras y el alumbrado público no ayudaba demasiado, cuando llegara a casa se tomaría un buen baño y se prepararía una sopa simple, no tenía muchos ánimos para cocinar algo más elaborado, pero se negaba comer comida chatarra antes de irse a la cama, no era esa clase de persona.

El bullicioso mercado había quedado muy atrás cuando tuvo una sensación de alarma, sentía una mirada acechante en algún lugar de las oscuras calles. No le agradaba nada, pero siguió adelante.

Pronto escuchó una serie de pasos a sus espaldas, estaba lejos pero sentía la necesidad de correr, se contuvo de acelerar el ritmo para no levantar sospechas y apretó con fuerza sus brazos al cuerpo fingiendo tener frío, ocultando el sobre blanco que asomaba levemente de los bolsillos internos de su abrigo.

Avanzo unas calles más al mismo ritmo hasta que se unieron más pasos acechantes a los que había estado escuchando desde hace un rato. El ruido de los zapatos chocando contra el suelo era demasiado evidente y muy cerca, aceleró el ritmo para mantenerlos a la misma distancia y sus cazadores también comenzaron a acelerar.

Sin muchas opciones y cuando sus perseguidores le estaban pisando los talones, echó a correr de golpe sin detenerse ni siquiera cuando tenía que dar vuelta, debido a eso derrapó varias veces pero sin perder el ritmo. Era difícil correr con bolsas cargadas de comida, ya no faltaba mucho para llegar al departamento y ahi estaria a salvo.

Comenzó a sentirse cansado minutos después de empezar su carrera, sintió como le faltaba el aire y poco a poco la sensación comenzó a volverse más asfixiante.

Finalmente tras doblar en una esquina llegó a la entrada del edificio.

Pasó por alto a los policías que trataron de atrápalo para que no se estrellara contra algo, y después de una larga carrera se dejó caer detrás de uno de los vehículos y se quedó escondido y resollando por el cansancio, ni siquiera salio cuando los policías emboscaron a sus perseguidores y los atraparon.

Sintió una mano cálida posarse sobre su hombro, al levantar la mirada se encontró con unos hermosos ojos ámbar y la tez morena de Feng Xin.

Casi sin energía se arrastró hasta los brazos de su novio quien los abrazo fuertemente y lo ayudaba a ponerse en pie.

—¿Lograron lastimarte?—. Le pregunto Feng Xin mientras lo llevaba al interior del edificio.

—No—. Respondió aún resollando.— Solo estoy exhausto, tuve que correr más de lo previsto.

—Estaba muy nervioso porque el plan no funcionara...—Dijo con una voz llena de nerviosismo.— Temí perderte de nuevo Mu Qing.

Días atrás se había percatado de que cada vez que Feng Xin se iba al trabajo había algunos hombres vigilando el departamento, incluso uno de ellos llegó a tocar la puerta, al asomarse por la mirilla vio a un hombre vestido formal llevando consigo un pin con un símbolo particular, un símbolo que según Xie Lian era una pequeña pero poderosa facción política, con dicha sospecha encima decidió comunicarse con su amigo a quien informo sobre la vigilancia y la visita de dichos hombres.

Xie Lian junto con Yin Yu investigaron respecto al tema y al poco tiempo durante una fiesta entre funcionarios y políticos uno de ellos reveló estando ebrio que la Estrella caída les había pagado para localizar a Mu Qing y de ser posible capturarlo. Esta información les dio una oportunidad perfecta para obtener pruebas de corrupción y una posible oportunidad de seguir la pista capturando a los vigilantes.

Así nos quiso el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora