Capítulo 4

135 9 0
                                    

Los próximos días transcurrieron de forma pacífica casi sin ningún desacuerdo entre ambos, el orgullo de Mu Qing ya se había recuperado por lo que no comento nada de lo ocurrido y mantuvo distancia con Feng Xin a quien le parecía molesto que Mu Qing considerara que expresar sus temores y traumas era perder cara.

Ambos habían entrado en una pequeña rutina que consistía en cosas bastante simples; Feng Xin se iba al trabajo y cuando encontraba un tiempo libre en la tarde, regresaba a casa y para ese entonces Mu Qing ya había hecho comida y Feng Xin procedía a preguntar que había hecho en todo ese tiempo, esto claro por recomendaciones del médico para tener precauciones en caso de otro intento de suicidio. La mayoría del tiempo Mu Qing limpiaba y exploraba un poco el vecindario.

Feng Xin temía que en esas exploraciones, Mu Qing encontrara la oportunidad para escapar y cometer su acto suicida, pero se negaba a la idea de dejarlo encerrado ya que no quería que se sintiera encarcelado.

Así que no tenía de otra más que confiar en la palabra de Mu Qing de no intentar nada.

—Feng Xin.

El nombrado salió de sus pensamientos casi por completo.

—Te he estado hablando desde hace cinco minutos, ¿estás bien?¿te preocupa Mu Qing?

Xie Lian lo miró interrogante mientras pellizcaba una parte del pollo asado.

Ambos habían quedado de encontrarse para hablar un poco de Mu Qing aunque esto no pareció agradarle nada al esposo de Xie Lian y por eso vino junto con el.

No habían llegado a nada en el poco tiempo que se habían encontrado, solo estaban recapitulando un poco la forma repentina en la que dieron con Mu Qing.

Feng Xin creía que era demasiado conveniente el que Shi QingXuan se hubiera encontrado con Mu Qing, en el pasado él le había brindado algunas pistas sobre este último.

Simplemente había algo que no le cuadraba.

—¡Feng Xin!

—¿Qué sucede?

—Ya estas divagando de nuevo...

—Lo lamento, solo intento conectar algunos puntos que aun no me convencen del todo.

—¿Puntos?

—Curiosamente Shi QingXuan es quien tenía pistas y también fue él quien se encontró con Mu Qing...

—¿A que quieres llegar con esto?

—No lo se, solo creo que es demasiado conveniente...

Hua Cheng que se encontraba sentado junto a Xie Lian hablo.

—Y se vuelve aún más sospechoso cuando tomamos en cuenta las múltiples ocasiones en las que la mafia del norte ha tratado de matarte por interferir en sus planes, ser demasiado bueno como policía te pone a ti y a los que te rodean en un gran riesgo.

A Feng Xin le dio un escalofrío.

Xie Lian también se vio un poco incomodó.

—Es un poco conspiranoico pero no hay que descartarlo, puedes comenzar por preguntar a Mu Qing algo más a fondo sobre lo que ha estado haciendo en todos estos años y quizá pueda aclarar algunas dudas.

Feng Xin asintió.

—Aún no te ves tranquilo.

—En todo el día no le he marcado para preguntar como esta.—mientras hablaba sacó su teléfono y marcó a Mu Qing.

Nadie respondió.

Marco nuevamente.

Nada.

Un ligero temor se extendió por todo su ser y por unos momentos no pudo evitar imaginar lo peor.

Así nos quiso el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora