Capítulo XXIV

1.4K 253 24
                                    

En el momento que el auto se estacionó frente la imponente mansión Noroeste Dipper sintió cómo su cuerpo tembló de miedo, en verdad había perdido todas las ganas de entrar en aquel lugar y aquello fue percibido por Stan quien sabía que cuando su sobrino se sentía nervioso, ansioso o asustado tomaba con fuerza ese collar extraño de un pino con una Jasper en el centro.

—hey... Yo entraré contigo ¿De acuerdo? Vamos —sonrió el mayor queriendo calmar los nervios de su sobrino.

Ambos salieron del automóvil cerrando las puertas con algo de fuerza para luego caminar juntos hacia aquella gran puerta de madera y metal, ambos donceles tomaron un respiro antes de tocar aquella gran estructura con el martillo que esta tenía.
Segundos despues de haber tocado la gran puerta esta se abrió de lar en par en par dejàndoles pasar a aquel terreno tan grande siendo recibidos primero por un inmenso jardín precioso y en buen estado, parecía que recién había sido recortado, pero no se quedaron a admirar el paisaje, tenían una misión y la cumplirían, con eso en mente se acercaron a la segunda puerta en donde tras tocar se escuchó la voz monótona de un hombre, parecía ser un sirviente.

—¿Quién es? —interrogó esa monótona voz.

A Dipper le pareció curioso que cuestionara quienes eran cuando los había dejado pasar de la primera puerta, pero Stanley no estaba sorprendido en lo más mínimo sabiendo como funcionaba la seguridad de la mansión Noroeste.

—Soy Dipper Pines, amigo de Pacífica Noroeste y él es mi tío Stan —respondió el castaño.

Hubo un gran silencio donde a penas pudieron escuchar murmullos de lo que se había hecho adentro hasta que la puerta fue abierta por la rubia amiga de Dipper quien estaba vestida como si estuviera por ir a una pasarela.

—¡Dipper! ¡Que bueno verte! —sonrió la rubia abrazando con fuerza a su amigo —ayer en la fiesta ya no te pude ver, pero no es bueno hablar aquí pasa —sonrió haciéndose a un lado.

Por su emoción Pacífica no había visto al mayor hasta que alzó la vista dando un respingo por la sorpresa.

—¡Señor Pines! Lo lamento, no lo había visto, por favor pase, pase —sonrió la joven dejando pasar al mayor antes de cerrar la puerta.

Al entrar los recibió un gran salón elegante y con ostentosos muebles de madera y oro, pero el único sorprendido era Dipper quien miraba todo impresionado.

—pueden sentarse si quieres pronto nos traerán algo de beber —informó Pacífica tomando asiento frente a los dos Pines —¿Y bien? ¿Qué los trae hasta aquí tan temprano? —indagó la rubia mirando a su amigo y el tío de este con curiosidad.

—bueno... Venía para preguntarte si te gustaría ayudarme con el vestuario y maquillaje para participar en el certamen de belleza —respondió Dipper, avergonzado de decir tales cosas, pero manteniéndose firme solo porque si ganaba ese certamen se libraría de su madre —eres muy buena con todo eso y por eso creí podrías ayudarme para poder ganar ese certamen...

—¿Bromeas? —Dipper creyó que había insultado a su amiga de alguna forma —¡Claro que te ayudaré! Haría lo que fuese por ti Dipper, además también haría lo posible para que Mabel no lo gane, ugh, no le digan a nadie que dije esto, pero si yo de por si puedo ser engreída y molesta ella es mil veces peor ¡Dios que ayer no me dejó ir sola al baile de Halloween! Y fue peor en el baile, diablos que se lanzaba a cada chico por algo de atención —aquellas quejas causaron que Stan y Dipper intercambiaran miradas, que los invitados de Pacífica fueran parte de su familia no era buena noticia.

—Mabel... Es mi hermana —confesó el castaño, no quería guardarle esa clase de secretos a Pacífica.

—¡¿Qué!?

Mi amigo imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora