Capítulo III

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Ya había pasado una semana desde que había llegado a la cabaña del misterio el pequeño Pines, ahí el ambiente era lo mejor que nunca en su vida se pudo haber imaginado el pequeño ¡incluso tenía un apodo de parte de su tío! que, al ver la marca en su frente, decidió llamarlo "Dipper" como la constelación, que era la favorita del menor por lo que no dio queja alguna a aquel hermoso sobrenombre. 

Pero todos saben que la calma suele venir antes de la tormenta... aunque la tormenta puede tomar su tiempo en llegar a los ya tranquilos terrenos de la vida del castaño niño.

Todo comenzó el Lunes, el inicio de la segunda semana de Dipper en la cabaña, justo el día en que llegaron tres desconocidos a la cabaña justo cuando su tío había ido al pueblo a comprar suplementos para la semana, al parecer su tío no se esperaba que tres personas iban a llegar a su casa aquel día o tal vez se le había olvidado, pero Dipper tenía muy clara una cosa: No quería que esas personas lo vieran. 

El pequeño estaba aterrado ahora ¿cómo es que su tío lo había dejado solo justo en ese momento? ¿por qué?, pero más que nada se preguntaba ¿quienes eran esos extraños dentro de la cabaña? incluso cuando la curiosidad le mataba y quemaba por dentro queriendo obligarle a dar media vuelta y volver hacia la parte trasera de la cabaña por donde se colaron aquellas personas, se negó a volver ¿y si le hacían daño? prefería no descubrirlo y aún así, aún cuando había caminado con tanta cautela manteniendo la cabeza al frente pero los ojos cerrados por el terror tropezó con un banquito de la sala causando un gran estruendo a caer de cara al duro piso alfombrado de la sala siendo seguido por el banquito de madera que dio aún más fuerte contra el suelo, tanto que a Dipper le sorprendió que este no se hubiera roto al dar contra el suelo... y al parecer también captó la atención de los extraños que se metieron en la cabaña casi de golpe gritando: "¡¿QUIEN ESTÁ AHÍ?!" Sacándole un susto de muerte al menor que sentía estaba por ser amenazado y asesinado.

No quiso descubrir su amargo destino por lo que se levantó con las rodillas magulladas del suelo y corrió lo más que pudo con sus cortas piernas escuchando los resonantes, pero inentendibles, gritos de los intrusos de la cabaña, al estar fuera de la cabaña entró en pánico ¿a dónde podía ir? Miró el bosque frente a él en busca de respuestas y, como si sus plegarias en busca de ayuda fueran escuchadas, un camino de luces amarillas apareció en el suelo entre los árboles por lo que sin pensarlo mucho fue tras esas luces deseando que lo llevaran a los brazos de su tío Stan que de seguro le diría que todo estaría bien.

No supo cuanto tiempo corrió, solo supo que no volteó la mirada hacia atrás y que incluso estando en un espeso bosque ninguna espina se le había clavado en la piel, lo cual le extrañó pues siempre le habían dicho que en los bosques habían feos árboles de espinas que le arañarían el cuerpo entero si corría por ahí y solo por esas razones es que nunca había escapado de su casa pues la única forma de irse era por el bosque y ahora notaba que su madre le había mentido... ¿cuantas más mentiras le habían dicho?

Pero su flujo de ideas se había detenido ya que sus ojos se posaron en el claro que sus pies pisaban en aquel momento, era un espacio peculiar, pero hermoso, en el suelo había pequeñas flores amarillas y era rodeado por los árboles, pero este estaba lleno de una luz cálida y hogareña dada por el sol. El pequeño castaño avanzó por aquel espacio con gran admiración  las flores y el césped le hacían cosquillas en sus tobillos, la luz le calentaba el cuerpo y la paz del lugar lo llenaba de dicha, tal era su ensueño que incluso había olvidado el porqué había corrido por el bosque tan aterrado hace unos minutos.

Sus blancas mejillas ya algo más redondas por lo bien alimentado que lo mantenía su tío se sonrojaron por la alegría y sin poder evitarlo comenzó a caminar envuelto en risas de emoción al estar siguiendo a una libélula de piel azulada que pasaba por ahí, fue en esa ronda que se dio cuenta que el terreno tenía una forma extraña... era ¿un triángulo? ¿cómo podía tener la forma de un triángulo un terreno natural como ese?

Mi amigo imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora