Capítulo XXV

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Para bien o para mal aquella semana había pasado demasiado rápido para todos quienes vivían en la cabaña del misterio, incluyendo a Bill que a pesar de que había "vuelto a casa" el mismo día que Dipper se inscribió en el certamen en realidad solo volvió a su forma etérea de energía pura con la cual se encargó de conseguir todo lo que podría ser necesario para aquel certamen de belleza, tenían cosas planeadas desde que consiguieron grabaciones de certámenes y concursos de belleza que Pacífica les hizo ver para tener una idea de cómo podría ser aquella competencia a la que estaban por enfrentarse.

—estoy demasiado nervioso ¿Qué pasa si lo arruino todo?

Dipper había pasado toda la semana nervioso, pero aquel día era un maldito manojo de nervios que temblaba como si fuese un chihuahua iba de un lado a otro mientras Pacífica ordenaba el maquillaje y sus tíos esperaban a que aquella atrocidad diera inicio, pero ¿Y Bill? Él tenía la labor más complicada de todas: calmar a Dipper. 

—Bill —se quejó la rubia ya que seguía viendo a su amigo muy nervioso. 

—en eso estoy Noroeste —bufó el rubio para acercarse a su novio tomándolo de las manos y así obligándolo a quedarse quieto, pero eso solo hizo al castaño balbucear más. 

—¿qué pasa si me tropiezo? ¿y sí no logro caminar bien en esos tacones? ¿y si no le agrado a los jueces? ¿y si-? 

El castaño no pudo seguir hablando ya que Bill, esperando que aquello al menos lo dejara en el shock suficiente para que no dijera nada en lo absoluto y las dudas abandonaran su cabeza por completo, le había besado importándole muy poco quienes le vieran hacerlo algo que para alivio de todos funcionó ya que el pequeño castaño se sonrojó más que el cabello de Wendy, quien estaba entre el publico junto con Soos para apoyar a Dipper, quedando estático y con la mirada puesta sobre el rubio joven que lo mantenía sujetado. 

—lo harás perfecto mi pequeño Pino, te lo puedo asegurar, además pase lo que pase cuentas con nosotros para apoyarte y si este plan falla pues entonces buscaremos otra solución... y sabes que por ti yo haría cualquier cosa —la voz del rubio había bajado de tono al último, sabía bien que Mason entendería bien a lo que se refería con aquello pues después de contarle sobre su primera vida Mason tenía la certeza de que Bill podría asesinar a alguien solo para protegerlo y aquello le parecía tanto tierno como aterrador, aunque no tenía idea de dónde miraba lo tierno en eso. 

—e-está bien... —Mason se dejó hacer por las frías manos de su novio que lo guiaron hasta su asiento momento en que Pacífica se acercó a este.

—bien Dipper ¿Recuerdas las pruebas que deberás hacer?

—belleza, elegancia, talento, disfraces y conocimiento general —respondió el castaño como si de un examen se tratase.

—exacto... Hasta donde practicamos la que puede recibir una puntuación menor puede ser talento ya que algunas pueden llegar a arriesgar su seguridad para demostrar su habilidad cosa que es impresionante para los jueces, pero

—pero si consigo una alta puntuación en las otras tres podría ganarle a Mabel siempre y cuando el número de mi calificación sea mayor al de ella —interrumpió el castaño cosa que Bill sabía que realizaba cuando estaba nervioso.

Incluso cuando los demás querían que Dipper se calmara sabían que no podían recriminarle nada ya que tenía mucho en juego al participar en aquel certamen, bastaba con decir que incluso Bill que era el más calmado de los cinco ahí presentes parecía temblar de nervios, aunque bien podría ser causado por el temblor constante de una de las piernas de Dipper. 

—y la única regla de vestimenta que hay para la competencia es

—no usar pantalón, con excepción de que sea necesario para la demostración de talento —completo Dipper de nueva cuenta, el actuar como si fuera un examen le hacía sentir más tranquilo, nadie entendía por qué, pero si le ayudaba entonces dejarían que siguiera así aunque les pusiera los pelos de punta.

Mi amigo imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora