La esclava de Kripton (Supercop)

I

Hoy tuve un sueño, tenía todo lo que quería.

Era tan extraño... Podía volar, era muy fuerte incluso lanzaba rayos rojos por los ojos y mi aliento era muy frío... vestía una ropa de héroe y tenía una larga capa roja. Podía ser libre. Incluso había una chica, se llamaba Alex, algo mayor y de pelo corto, que me miraba con todo el amor del mundo. Ella me decía, "Mientras yo éste aquí nadie te hará daño." Pero siendo sinceros, quizás fue una pesadilla.

Y me preguntaba, sí me tiraba desde el techo de la mansión. ¿Alguien lloraría? No, lo dudo. Ya no estaba en Kripton, mi amado planeta.

Por Rao... Mamá... Papá..  Los extraño. No puedo, Kal-El no está aquí. No tengo a nadie.

-Oye, monstruo! ¿Me estás prestando algún tipo de atención? -una cachetada sería lo próximo que sentía, al menos tendría otro color morado decorando mi otra mejilla, estaría a juego-

-S-Sí, señor Luthor, le estoy prestando atención, lo juro... -Murmurre sin mirarle, tenía prohibido mirar a alguno de los Luthor.-

-De ahora en adelante le servirás a mi hija Lena en todo, cumpliras sus caprichos y harás todo lo que se te mandé. Y nisiquiera trates de huir, o ese collar que tienes en el cuello de Kriptonita te matará en segundos. ¿Entendido, niña?

¿Kriptonita? Eso sonaba como mi planeta, ¿Era algo de allí?, ¿Habían más Kriptonianos aquí? Una ligera llama de esperanza se adueñó de mi corazón herido. 

[...]

Tras un rato de ser arrastrada como basura llegué a lo que aparentemente era una herrería en lo más profundo de aquella mansión. Mis ojos se abrieron de golpe al ver como en un largo palo de metal había una... no sabía muy bien que era, pero si entendía que harían. Me iban a marcar, como si solo fuera un animal y ya no más una persona.

-No, por favor!! Me portare bien, seré una buena niña!! Porfavor, paren...

No importó cuanto grité, cuanto lloré y me negué... ellos no pararon y me marcaron. Dejando grabado en mi piel, en la área de mi espalda, la marca de ellos, los Luthor... Una gran L sobre un escudo, con dos espadas cruzadas y serpientes. No dure mucho en pie antes de desfallecer en el suelo por el dolor.

[...]

Al despertar me encontraba aún en el suelo, el herero del lugar me miraba apenado.

-Quédate ahí, no te haré daño... Perdóname por lo de antes, yo... si no lo hacía me iban a... Eso no importa, ten, toma algo de agua -dijo, acercandome un tarron con agua que aduras penas tomé.-

-¿Cómo te llamas, pequeña? Yo soy Hank, Hank Henshaw.

-Kara... Me llamó Kara Zor-El.

-Eres muy pequeña, ¿Cómo llegaste aquí?

-Mi planeta estaba muriendo, mis padres me enviaron aquí buscando protegerme y que cuidara de mi primo.

Pude ver como negaba con tristeza, mas no pude distinguir porque. Tras eso me dio unas prendas nuevas de ropa, estaban algo sucias y un poco rotas.

-Gracias, Hank...

-Ahora apresurate y ve con la señorita Lena, no le gusta esperar.

Asentiría, cambiando mi ropa en lo que se suponía era un baño. Pero solo era un rinconcito pequeño en malas condiciones.

Sin esperar más me apresure a donde estaba mi nueva señora y ama, rezando de que no fuera un monstruo.