Capítulo nueve

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Llegué primera a la sala arcoíris, los niños era supervisados por Tyler, por lo que vi se estaban portando bien.
Mi vista fue instantáneamente a Tres y a su grupito, ellos no me dirigieron la mirada pero estoy segura de que me sintiron.

—buenos días —sonrió el pelinegro —supe lo que le pasó a J, pobre pequeño.

—sí, está muy lastimado pero por suerte fuera de peligro.

—¿Ya saben quien fue? —preguntó curioso.

—por supuesto, papá se encargará de ellos.

Conforme pasaba el tiempo, noté como Tres miraba de vez en cuando a E, quién se encontraba en una esquina sentada con las piernas contra su pecho abrazándose a si misma.
Él rubio uso su telequinesis para hacer levitar una pequeña pelota que impactó en la cabeza de la niña.
Rápidamente me acerqué a él mas que furiosa.

—¿Qué crees que haces? —pregunté llamando su atención.

—no te importa —respondió creyéndose superior.

—¿Disculpa?

—eso, tu no eres papá, no nos das miedo ni siquiera tienes autoridad —respondió con una sonrisa tenaz.

—mira niño malcriado, no eres superior que yo, ni siquiera eres el mejor de todos los que están aquí. —admití —solo hay una persona que te supera.

—¿Quien? ¿J? —preguntó Cinco burlona.

—no.

—¿entonces quién es? —inquirió.

—no te diré, solo quiero que tengas presente que si le haces daño a ella, te la verás conmigo.

—no te tengo miedo, no tienes poderes —rió.

—Tres, sé lo que le hiciste a J, papá lo sabe y creeme el castigo no será solo electrochoques —sonreí —debiste pensarlo antes de intentar matar a tu hermano.

—él no es mi hermano —dijo con asco —ahora largate.

—¡oye! Tratala con respeto, es una dama —Peter habló a mis espaldas —¿Acaso no te enseñaron modales?

Tres se quedó callado al ver a Peter, el intimidaba como el demonio y por una vez me alegré, ya no soportaba a ese niño, si tuviera mis poderes ya lo hubiera freído como a un huevo frito.

Me acerqué a Emma —¿Estás bien? —ella negó. —¿Es por Tres?

—me ha estado amenazando —admitió asustada.

—Peter —miré al rubio y le hice un gesto para que se acerque.

—¿Qué ocurre?

—dile pequeña —acaricié su cabello

—Tres me ha estado amenazando con hacerme daño.

—hablaré con papá ¿Sí? —asintió —tú eres mejor que él, Emma.

—¿Cómo puedo ser mejor si apenas puedo prender un foco o con esfuerzo abollar una lata?

—necesitas práctica, eso es todo —me encogí de hombros. —hace mucho tiempo existía alguien como tú, tenía muchos problemas con sus poderes.

—¿Quién era?

—pues...—disimuladamente levanté dos de mis dedos.

—¿Dos? Pero no existe, tampoco Uno.

—¿Quién te dijo eso? —preguntó Peter.

—papá.

—papá no siempre dice la verdad —opinó el rubio.

Amnesia ~Peter Ballard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora