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17: El mensaje

- "Capitol Radio, ¡La estación oficial de radio de la Metrópoli Europea! Se solicita el apoyo de la población para localizar a las siguientes personas desaparecidas: Tyler Hopper. Hombre de 19 años de edad. Tez blanca, cabello pelirrojo, ojos verdes. Altura: 1.80 metros aproximadamente. Complexión; delgada. Fué visto por última vez en su casa, en el sector cinco Sureste, la tarde del 30 de Junio. Cualquier información deberá comunicarse con las autoridades locales." 

El grupo de Guerreros que se encontraba rodeando la vieja radio de baterías voltea violentamente hacia mí, y después de unas ebrias risitas, ellos brindan en mi honor, haciendo que todos los demás ciudadanos en el comedor comunitario levantaran sus tarros de cerveza en el aire, y al unísono, se unieron al espontáneo vitoreo.

- ¡Por Tyler Hopper! ¡A tu salud muchacho!

Mi inesperado protagonismo me avergüenza un poco, pero eso no me impidió levantar mi bebida y agradecer el brindis junto con ellos, incluso si estaba brindando con no más que soso jugo de manzana en mi vaso.

- ¿Es en serio? ¡¿Esos payasos de la Metrópoli apenas se dieron cuenta que no estás ahí?! Ja, vaya, ahora veo por qué no extrañas demasiado ese lugar... Esa gente no te merece, nunca lo hizo. -Iker estaba indignado, pero no sorprendido. Él parecía saber lo suficiente de la Metrópoli como para no tenerle simpatía a sus habitantes- Estás mejor aquí. Tienes comida, refugio... y más importante aún, tienes a tu absolutamente genial guía personal. ¿Qué más podrías desear?

- ¿Oh? Realmente me gustaría conocer a ese guía del que hablas, no creo haberlo visto por ningún lado aún. -Iker hace un frustrado gesto y empuja mi cuerpo entero con su nariz de forma gentil hasta casi tumbarme al suelo, todo para que dejara de decir tonterías. Era un riesgo que estaba dispuesto a tomar con tal de burlarme un poco de su inocente ego- Aunque a decir verdad, ni siquiera esperaba que alguien notara que estaba desaparecido. Al parecer sólo les tomó dos semanas para darse cuenta... -Volteo hacia abajo para ver que he derramado lo poco que me quedaba de mi bebida. Una excusa para apartar la vista de mi amigo, quien reacciona inmediatamente al cambio en mi voz- ... Al menos se dieron cuenta antes de lo que hubiera hecho mi madre. Eso no está tan mal.

El ambiente entre ambos se puso un poco más tenso de lo que esperé, e Iker tuvo un poco de dificultad para continuar la conversación con el ritmo habitual. Podía ver el conflicto entre su mente y su boca.

- Oh... Lo siento si te hice recordar algo que no querías...-Iker se disculpa casi de inmediato, activando en mí un instintivo protocolo de control de daños, pues lo último que quería era arruinarle la mañana con mis problemas-

- No no, está bien Iker, no tienes porqué disculparte, es solo que... Hace mucho que no pienso en ella... -Por años he evitado su recuerdo como la plaga, y mientras más lo hacía, más presente estaba en mi mente, aunque desde mi llegada a Cilt su presencia ha dejado de perseguirme, lo cual era un ligero alivio- ... Creo que eso es para mejor. Significa que ahora tengo cosas más importantes en las que pensar, ahora que estoy aquí, y no en la Metrópoli.

- ... Ya veo. ¿Ella no es el tipo de madre que recuerdas con afecto, cierto?

- No... Ella es más el tipo que te abandona, para no regresar nunca. -La ponzoña en mis palabras es palpable, tanto que intento lavarlas de mi boca tomando nuevamente de mi vaso, ahora vacío, pero eso no sería suficiente como para sumir a ambos de nuevo en innecesaria angustia- ... Pero eso es conveniente, ¿Sabes? significa que ella no está aquí para regañarme cuando pida una cerveza para mí solo ahora mismo. -Guiño un ojo hacia Iker con tal de que el sarcasmo no pasara desapercibido-