✤22✤𝑻𝒆𝒔𝒕 𝒚 𝑹𝒖𝒆𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒎𝒐𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔

14 3 0
                                    

✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤𝗗𝗮𝗿𝗶𝗲𝗹

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤
𝗗𝗮𝗿𝗶𝗲𝗹

-Agh detesto a 𝙇𝙮𝙣𝙣, es tan entrometida, tan insoportable no sé cómo 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 y su mamá la aguantan, si estuviera en mi casa yo ya la hubiera tirado por el balcón o yo que sé.
Escuché que 𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 decía de fondo pero yo estaba prestándole más atención a mi conversación por mensaje con mi novia.
-Tierra llamando a 𝗗𝗮𝗿𝗶𝗲𝗹, ¿me escuchas?
-¡Cuidado! -𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 gritó y eso me hizo alzar la mirada, menos mal que lo hice porque casi me estrello con un árbol
-Señor enamorado deja de babear por 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 y pon atención al camino que si te caes yo no te levanto -dijo 𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 en una sonrisa inocente.
-Que graciosa, ¿que me decías?
-Que detesto que 𝙇𝙮𝙣𝙣 se meta cuando no la llaman.
-Ah si, eso ¿tan mal te cae?.
-Si, realmente no la soporto
-Olvida a su prima, 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 se veía preciosa con esa sudadera coral y ese pantalón suelto blanco, y su cabello atado despreocupadamente en un moño, es la chica más hermosa que he visto.
-Querido amigo, si que estás enamorado de ella ¿no es así?
-Más que nada en el mundo.

✤✤✤✤✤
-¿Entonces a cual quieres subir?
-Rueda de la fortuna primero y terminamos con carros chocones, y si te gano dejas a 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 para mí toda una semana.
-Tu mejor amiga no es negociable y lo sabes 𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 -dije enarcando una ceja.
-¿Porque no? has estado saliendo con ella todo el tiempo y ya no tiene tiempo para mí -me reclamó 𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 dramáticamente.
-Oh, lo siento, eso es maravilloso -dije sonriendo victorioso.
-Que odioso eres, pero me gusta verlos felices a ti y a Aiti.
-En realidad eso te lo debo a ti, si no me hubieras invitado a esa fiesta, quizá no hubiera conocido a la chica más maravillosa.
-No es nada, realmente algo me decía que ustedes dos tendrían conexión, y por eso se me ocurrió la idea de invitarte, además 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 se ha perdido muchas cosas, era justo que conociera a alguien como tú.
No sé cómo pero llevaba todo el día hablando de 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 con 𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 y era asombroso que no le aburriera escucharme hablar hasta más no poder de su mejor amiga.
-Gracias, es que de verdad es increíble, no pensé que esto pasaría, es verdad que desde la primera vez que la ví me encantó, pero nunca creí que yo también le gustaría, aunque desde el principio quería conquistarla.
-A ella también le gustaste desde el primer día, solo que es un poco cerrada con sus emociones, pero aunque no lo decía yo lo notaba.
-Esa vez que nos besamos fue tan perfecto que si pudiera repetir ese momento lo haría mil veces, no me imaginé que ella daría el primer beso, yo estaba tan nervioso que no reaccioné en el instante.
-𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖 puede dar muchas sorpresas, apuesto que ni siquiera lo pensó, simplemente lo dejó fluir, así es ella, cuando hace las cosas es porque realmente le nace, y no las hace por hacer, para ella siempre tiene que haber una razón, pero a veces le cuesta aceptar las cosas y prefiere no lastimar a las personas, o al menos no intencionalmente, prefiere sufrir ella a ver a otros sufrir y eso también le a costado muchas cosas.
-Creeme que lo que menos quiero es lastimarla, lo poco o mucho que me a contado es por lo que estoy enamorado de ella, no quisiera que piense que no merece ser feliz, ella merece todo.
-Lo sé, pero a tenido una vida difícil, le cuesta aceptar las cosas buenas que la vida pone para ella, y tú eres una de esas cosas.
-Y me encanta serlo.
-Ire por refresco ¿Quieres uno?
-Si por favor, te espero aquí para subir.
-Ahora vengo.
Me senté en el suelo mientras esperaba a 𝗗𝗶𝗮𝗻𝗮 , me quedé pensando y a mi mente vinieron todos los recuerdos que he pasado con 𝘼𝙞𝙩𝙖𝙣𝙖, desde la primera vez que la vi, el primer beso, la primera vez que tome su mano, el día que nos dimos regalos y estaba más nervioso que ella pero lo oculté, ver su cara de felicidad cuando vio las pulseras, era tan transparente que era difícil no ver a través de ella, quizá eso me ayudó para poder conocerla a la perfección, sabía que era lo que le agradaba, lo que odiaba, lo que podía hacerla reír y llorar y lo que no quería que nadie supiera, la conocía como la palma de mi mano, podía describirla a la perfección y recordaba todo. Incluso nuestra primera discusión por algunas cosas que decía y a mí no me agradaban, nuestra relación era como una rueda de la fortuna, daba vueltas y a veces podía ir muy rápido, a veces el tiempo pasaba lento, pero yo solo quería que girará y no se acabará nunca.
¿Que si estaba enamorado?
Había hecho un test de esos que salían en el navegador de internet, que decía que quién era tu alma gemela, y salió su nombre, quizá por nuestra red social o por cosas del destino, pero yo estaba muy emocionado porque había salido su nombre y aunque pareciera infantil o tonto solo quería correr a decirle que había hecho un test y había salido su nombre, solo quería que siempre lo fuera, que en verdad fuera mi alma gemela.
Si, estaba loco por ella.

𝒞ℴ𝓂ℴ 𝓊𝓃𝒶 ℯ𝓈𝓉𝓇ℯ𝓁𝓁𝒶 𝒻𝓊ℊ𝒶𝓏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora