XXVI

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Este capítulo será más largo y contiene +18, si no te gusta, ves hacia el siguiente.

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Estamos tan cerca que no hay ni una sola parte de mi cuerpo que no lo esté tocando.

Me manosea los pezones por encima de la tela fina, pero yo, decido quitarme la única barrera que tenía. Que no lo haya hecho él me parece increíble porque sé que no quiere presionarme y va a ir al ritmo que yo le marque.

Antes de tocarme los pezones y las tetas se separa para mirarme, en todo momento veo en sus ojos el respeto combinado con la lujuria, cosa que no hace más que calentarme.

Cuando decide dejar mi cuello, sigue su rastro de besos y lamidas hasta una de mis tetas, se me ponen duras solo de pensarlo. Entonces él, al ver la reacción que esto provoca en mí, decide succionar como nunca.

Es mi primera vez haciendo esto, nunca lo he sentido antes, llevo toda mi vida encerrada y nunca había tenido contacto con ningún chico de mi edad a excepción de Draco. Pero, a pesar de eso, no estoy asustada, de hecho, me siento muy preparada y segura, pero no solo eso, me siento muy cómoda, porque con él, todo es así.

No puedo evitar estremecerme y arquearme un poco más buscando su roce.

Empieza a bajar más, más, mucho más, mirándome a los ojos en todo momento. Entonces, me arrebata lo poco que me quedaba de la ropa interior y, cuando lo hace, me mira de arriba abajo como si fuese lo mejor que sus ojos hayan podido apreciar jamás, su media sonrisa desprendía cariño y admiración.

-Ahora mismo, así, podría quedarme toda la vida, así que, si no te importa, haré fotos mentales de lo que estoy viendo hoy, porque pareces una maldita diosa.

Dicho esto, se desabrocha los pantalones, pero no se los quita, sino que baja hasta mi coño y lleva su lengua hasta el punto sensible.

Empieza a lamer lentamente, para estimularme y, poco a poco, augmenta la velocidad. Yo no puedo aguantar mucho más y me vuelvo a arquear mientras suelto un orgasmo. No me aparta la mirada ni un momento y cuando se me escapa el segundo gemido, alarga su brazo y con el pulgar me acaricia el labio hasta abrirme la boca e introducir su dedo, mi reacción es lamerlo lo más sensual que pueda, la verdad es que me pone muy cachonda la escena.

Siento como sube y baja, como introduce su lengua y la vuelve a sacar, noto cada movimiento e intento grabármelo a fuego en la mente.

Cuando estoy a punto se correrme, saca su dedo de mi boca y baja la mano para meter sus dedos dentro de mí. Y eso, justo eso, es lo que hace que me corra por primera vez. No deja que dure mucho porque rápidamente saca sus dedos y me ofrece chuparlos, a lo que yo acepto. La adrenalina del momento no me deja pensar en si lo que acabo de hacer es tan asqueroso como suena.

Se me acerca para besarme mientras se acaba de bajar los pantalones. Cuando termina, siento su polla dura rozando mi abdomen, pero todavía tiene la ropa interior.

Sin decir nada, yo misma hago que se levante y me arrodillo ante él, le bajo el bóxer y agarro su polla, cuando me la voy a introducir en la boca me frena.

-Ni se te ocurra, - me agarra del mentón y me levanta, -escucha, nunca te rebajes a ese nivel, cualquier hombre que haga que se la chupes, es un gilipollas. - Asiento y me vuelvo a sentar. Pero me vuelve a hablar. - ¿Estás segura? No te lo volveré a preguntar, pero puedes pararme.

-Hazlo.

-Seré duro.

-No te he pedido que no lo fueras.

Sin más, recoge su pantalón.

Rebusca en un bolsillo y saca un preservativo.

Le miro extrañada. - ¿Siempre llevas uno encima?

-Joder Daila, no soy un capullo, siempre hay que prevenir, prefiero no arruinarte la vida.

Dicho esto, abre el preservativo, antes de colocárselo frota su pene contra mi vagina, es una sensación nueva e intrigante por partes iguales.

Cuando ya se lo ha puesto introduce su polla, pensaba que iba a ser más duro, pero lo hace a un ritmo ideal. Cuando ya está dentro tira hacia atrás y hacia delante, al principio poco a poco, pero, conforme se va repitiendo, añade más velocidad.

Solo puedo pensar en cómo de rico se siente su gran polla caliente dentro de mi coño apretado.

Siento mariposas donde no sabía que había.

Empiezo a gemir más fuerte y se ve obligado a callarme a besos, con una mano me sostiene de la cintura, con la otra atrapa mis muñecas y eleva mis brazos por encima de mi cabeza.

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Este sí es nuestro chico fuerte y duro eh... 😏

Espero que lo hayan disfrutado marranxs, jeje. <3 

🪐Lo que nunca te diría🪐[Mattheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora