La noche estaba en su máximo esplendor, sin estrellas y la luna en lo más alto oculta entre las nubes; todo era completa oscuridad abriendo el telón a la pesadilla que estaba a punto de desarrollarse.
Midnight relinchaba con fuerza y trataba de zafarse de su cuerda al ver que las llamas amenazaban con alcanzarla. La yegua estaba aterrada y desesperada pedía por ayuda.
En el interior de la casa, Liebe fue el primero en recuperar la consciencia. Todo el cuerpo le dolía horrores y apenas podía ver y respirar.
― Lady Noe... ― Murmuró con dificultad. Trató de enfocar su vista lo mejor posible, tardó unos segundos, cuando pudo divisarla casi a la mitad de lo que fue la cocina de esa casita. ― Por favor resiste... ya... voy... ―
No podía pararse. Decidió arrastrarse lo más rápido posible, las llamas ya habían consumido la parte delantera, así que tendrían que salir por atrás.
― Lady Noe... ― La llamaba con intenciones de hacerla reaccionar. En cada tramo que avanzaba su miedo crecía al no ver algún gesto de parte de la bruja. Decidió acelerar el paso a pesar que sentía que en cada avance, su cuerpo parecía romperse a pedazos.
― ¿Lady Noe? ― Llamó, sentándose en su sitio ya estando frente a ella. Con cuidado la volteó hacia él, revelando una enorme herida sangrante en su sien. Su mirada rojiza empezó a tambalearse revisando el resto del cuerpo femenino, encontrando con horror parte de su pijama destrozada y justo por las costillas más sangre.
Sus manos temblaron dejando ver su desesperación y miedo.
¿Qué hacer?
¿Tocarla?
¿Levantarla?
¿Y si la herida se abría más?
Justo cuando la cabeza estaba a punto de explotarle por tanto pensamiento, la chica empezó a quejarse y a removerse.
― Mierda... gracias Dios... o lo que sea... ― Masculló con genuino alivio mirando brevemente al techo.
― Liebe... ― Susurró y después dejó salir una tos.
El demonio se limpió las pequeñas lágrimas que se estaban acumulando en su mirada rojiza. ― Sí... soy yo preciosa...no...no... me vuelvas a hacer esto... ¿sí? ― Pidió sujetándole ambas manos.
Ella sonrió ligeramente somnolienta y le devolvió el apretón pero con menos fuerza. Pasó saliva y con su ayuda logró sentarse.
― Tranquila, despacio... ― Indicó con suavidad.
― Tu brazo ― Murmuró ella viendo con tristeza aquella herida sangrante en el cuerpo de su amigo.
― Descuida, no es nada, se ve peor de lo que duele ― Noelle le miró sin creerle completamente. ― Vamos, hay que salir de aquí ―
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Entre espadas y varitas|Astelle
FanfictionSecuela de la historia "Hilo del destino".- Acompañen a Asta, Noelle y Liebe en sus aventuras para descubrir por qué el destino ha decidido unirlos.