VIII.- ¿MISIÓN EXITOSA?

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Noelle miraba de forma afligida el cuerpo de Liebe que se retorcía debido a la repentina fiebre que atacó su sistema.

― Por favor resiste... ― Murmuró, acariciando su cabello y tratando de arroparlo un poco más con aquella manta ligera.

El demonio sólo mantenía los ojos cerrados y respiraba con dificultad.

― ¿Cómo está? ― Interrogó Asta desde el marco de la puerta de la habitación.

Con el mismo gesto decaído, Noelle negó mirándolo.

Asta suspiró. ― Bien, no hay más remedio, bajaré al pueblo ―

― Déjame ir a mí ― Pidió la chica, poniéndose de pie. ― Con tu cara de pocos amigos no creo que consigamos nada ―

― Auch ― Murmuró el otro fingiendo sentirse ofendido.

Noelle negó, claramente arrepentida de sus palabras. ― Lo siento, yo... yo sólo estoy preocupada ― Comentó, mirándolo intranquila. ― Te prometo que voy rápido ¿sí? ―

No quería, pero también tenía razón. Ser sociable no estaba en su currículo y lo otro que podía hacer era convertirse en gato, así que no había muchas opciones.

― Bien, pero lleva tu varita contigo ¿de acuerdo? ― La había visto practicar un par de hechizos los últimos días. De algo debería de servirle.

― Lo haré ―

― Entonces aquí ven un frasco pequeño, pero no deben dudar de su increíble poder curativo ― Anunciaba una mujer de larga cabellera medio rizada de color negro

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― Entonces aquí ven un frasco pequeño, pero no deben dudar de su increíble poder curativo ― Anunciaba una mujer de larga cabellera medio rizada de color negro.

Noelle se guió por aquella voz y la multitud que rodeaba a la mayor.

― Lo mejor de esta sustancia es que actúa sobre la persona, sin importar sus cualidades mágicas ― Una exclamación general del público la emocionó. ― ¿Qué tal? Suena interesante, entonces escuchen la oferta que les traigo el día de hoy... ―

A la peli plata le parecía fascinante la forma en la que aquella mujer se dirigía, ahora que hacía memoria, hace un mes que recorría esta Ciudad y ésta era la primera vez que la veía.

Por inercia, revisó su pequeño bolso tratando de contar las monedas que traía. Estaba preocupada, a pesar de que Liebe se paseaba de aquí allá, no todas las personas tenían la misma confianza, después de todo, se trataba de un demonio, temía que una medicina simple no fuese suficiente para curarlo.

― ¡Gracias, gracias a todos! ― Exclamaba la joven mujer peli negra, mostrando una sonrisa mientras recogía el restante de sus productos.

Noelle se puso nerviosa, pero estaba decidida a completar su misión. Liebe la necesitaba y no iba a fallarle. Corrió intentando alcanzar a la comerciante.

 Corrió intentando alcanzar  a la comerciante

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Entre espadas y varitas|AstelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora