Señor Kim 2 ||KTH|| +18 ✅

28.

-¿Estará bien?- aquella mujer junto a mi y Félix asintió mientras miraba a mi esposa recostada en la camilla.

-Lo estará, la paciente es bastante fuerte, aunque la droga lo es más, su organismo pudo rechazarlo por eso reaccionó así, además, el proceso de estudio que le estuvimos haciando a esa droga, supimos como prevenir que esto fue a mayores-

-Gracias - ella asintió y salió de la habitación, reposé mis manos en el barandal de la camilla mirando su rostro, habían una terribles ojeras bajo su rostro y sus labios estaban resecos, y ni hablar de lo delgada que estaba.

-Llamaré a Yolyi para que se preparé y ambas regresen- simplemente asentí -¿Qué piensas hacer?-

-Lo que debí de hacer desde el principio-

-Sabes perfectamente que tienes todo mi apoyo y solo cuando tú des la orden acabamos con ese hijo de puta -

-Creeme de él me encargaré yo personalmente- su teléfono sonó y asentí para que saliera a contestar. Yo tomé el mío y marqué al número de Nam.

-Puedes empezar -

-¿Con cuál de todas?-

-Con la que más tenga - colgué después de una afirmación de su parte y volví mi atención a mi muñeca.

Acaricie su mejilla deseando que abriera sus ojitos pero, la doctora me dijo que por ahora estaría sedada por una horas más.

Dejé un beso en sus labios y otro en su frente para luego salir de la habitación e ir al minibar que tengo en aquel penthouse.

Decidí no llevarla a la mansión, los niños querían todo el tiempo estar con ella pero debe de descansar, en cuanto despierte, llamaré para que los traigan junto a mi hermana.

Miré el sobre que había encima de la isla, un sobre con droga más específico, ese que fabrica Miller.

Tomé de mi vaso con whisky y me quedé mirándolo. Hace solo dos días atrás acabé con uno de sus mayores depósitos de esta mierda y tomé un poco para que los médicos/científico a los cuales les pago lo estudiaran.

Y resulta que es una de las drogas más dañinas que hay.

-Eres un maldito enfermo, pero nos volveremos a encontrar y el día que lo haga creme no tendrás tiempo de lamentarlo- tomé de uno solo lo que me quedaba y dejé todo lo que había en mis manos encima de aquella isla para ir de vuelta a la habitación en donde está mi mujer.

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Estaba sentado en el sillón frente a la camilla con la laptop en mi piernas mientras miraba la gran cifra de dinero en una nueva cuenta.

Reí de lado al ver la cifra, en donde todo ese dinero está siendo donado a unos de los orfanatos de Busan. Un sonido me hizo desviar la mirada a la camilla.

Dejé la laptop a un lado y me acerqué a ella, los ojos de Thais hicieron contrato conmigo y le sonreí.

-Preciosa - volvió a cerrar sus ojos e hizo una mueca.

-¿Que pasó?- solté un suspiro de alivio al ver que me había reconocido.

-¿Qué recuerdas?- negó despacio.

-No mucho, solo lo que le hiciste a Miller, luego de eso nada -

-No te esfuerces- acaricié su cabello.