Señor Kim 2 ||KTH|| +18 ✅

22.

Salí de la habitación secando mi cabello y visualicé a Taehyung en la cocina con su torso al descubierto, dejé la toalla encima de la silla a su lado.

-Estoy segura que debes de estarle dando contenido a varias de las morras de esa agencia - me acerqué a él y lo abracé desde atrás por su cintura dejando un beso en su hombro, amo la manera en la cual esos tatuajes quedan en él, él simplemente rio y siguió viendo hacia aquella pantalla.

-¿Celosa?- lo vi reír de lado y me separé de él haciéndolo girar encima de aquella silla que era de la isla para ponerme entre sus piernas.

-¿Debería de responderte?- ladeó la cabeza y sus manos se adueñaron de mi cintura pegandome más a él.

-En la tarde tenemos que salir- asentí, oí cuando InHo se lo había dicho.

-Nada de esto será fácil - suspiré adentrando mis manos al cabello en su nuca.

-Nunca nada de esto ha sido fácil , ni tampoco lo sera ahora mi amor, pero veras que al igual que todas esas veces anteriores, saldremos de esto - afirmó y sólo mordí mi labio para luego abrazarlo dejando su cabeza en mi pecho.

-Ahora cubrace - tomé la toalla cubriéndolo- Y última vez que te vea sin camisa fuera del cuarto Kim, te castrare- tomé con mi mano su rostro y él entrecerro sus ojos yo en cambio dejé un beso en sus labios para ir de vuelta a la habitación tomando la toalla.

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Nos encontrábamos en una cafetería de un centro comercial.

-¿Qué hacemos aquí? - pregunté para luego tomar de la bebida frente a mí y Taehyung desvió la vista al primer piso e hice lo mismo sintiendo como mis ojos se abrían de más.

Era Miller, eso hijo de puta estaba en el centro comercial.

-Al parecer hará negocios en un lugar público - comentó el hombre frente a mí y desvié la mirada de vuelta a la bebida en la mesa.

Hice puño mis manos y mis ojos volvieron a tomar con él cuando pasó por al lado de aquella cafetería, suerte y estos vidrios son polarizados.

-Deberiamos de seguirlo - negó y siguió tomando de su bebida -Tae-

-Es peligroso, además, recuerda que en la noche habrá una de las extravagantes fiestas que le gustan hacer a él - miré las bolsas con las ropa a aún lado de nosotros y suspiré frustrada quiero acabar con ese follamierdas.

-Vamos- se levantó tomando las bolsas y extendió su mano hacia mí, al salir del local entrelace los dedos se mis manos con los suyos para empezar a caminar y salir del centro.

Pero antes volteé a mirar hacia esavmirada intensa que tenía encima de mi encontrándome con nada más y nada menos que el hermano menor de Wang, desvié la mirada siguiendo a Taehyung.

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Oh mierda, este hombre no tiene descanso. Mordía mis labios con fuerza mientras me aguantaba bien de sus hombros y mis piernas abrazaban su cintura dejando que aquella lluvia artificial nos empapara y claramente siendo embestida de una forma violenta.

Sus manos se aferraban con fuerza a mi cintura mientras su boca se encargaba de dejar marcas en mi cuello y pecho.

-Joder, Thais- jale su cabello para que me mirara y reclame sus labios de una manera intensa soltando un jadeo cuando salió de mí y cerró aquella ducha para ir de vuelta a la habitación sin dejar de besarlo, terminado aquellos que empezamos en la ducha encima de aquella cama.

-¿Qué hora es?- mi respiración era un asco, Taehyung se sentó en la cama tomando su teléfono en cuando este sonó.

-Iremos en una hora- mencionó y decidí acercarme a él desde atrás para abrazarlo y dejar mi cabeza encima de su hombro mientras el seguía hablando.

Decidí levantarme para empezar a vestirme, nada de esto con respecto a esa cena se que saldrá bien.

Me coloqué aquella ropa interior blanca y fui hacia las bolsas para tomar la ropa que habíamos comprado que en mi caso era una bluza holgada de mangas color blanca y una falda ajustada al cuerpo de color rojo.

Me miré en aquel inmenso espejo y mordí mi labio con fuerza al sentir la anguantia que siendo dentro de mí.

Antes hubiera tomado todo esto mas que a la ligera pero ahora no puedo mis hijo y mi familia estan en griego por un drogadicto que estoy segura que no hace más que joderme la vida.

Miré a Taehyung el cual estaba tratando de ponerme aquella corbata y me acerqué a él para quitarla.

-Así te vez más sexy- besé sus labios y fui hacia aquellos zapatos altos que iban junto a la ropa.

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El lugar esa bastante grande, tal y como este tipo de personas acostumbran a hacer estas fiestas, extravagante, recuerdo todas esas a la que debía asistir por ser hija "adoptiva" de Roger.

Noté más de una mirada encima de nosotros cuando llegamos, pero me valió verga absolutamente todo solemante deseos tener a Miller en mis manos y acabar con su asquerosa vida.

El lugar estaba como les gusta a los hombres de este tipo de perdonas, la mayoría de las personas atendiendo son mujeres y en muy poca ropa.

-No intentes hacer nada, muñeca - murmuró Taehyung en mi oído mientras tomaba mi cintura, yo simplemente apreté mi mandíbula cuando mis ojos toparon con aquel hombre.

-Quiero acabar con la sonrisa que tiene en su rostro- dije entre dientes, el colocó su mano en mi mejilla y volteo mi rostro hacia el suyo.

-Lo sé, preciosa pero aún no es hora ¿Vale? Aún no- suspiré y asentí cuando dejo un beso en mi frente y tomó mi mano yendo hacia un grupo de personas que en cuanto lo vieron, lo reconocieron haciéndome sentir demasiado incomoda cuando también notaron mi precencia sabiendo quien era yo, líder de la mafia TH.

Miré la copa de vino en mis manos y desde que la tomé ni he bebido ni una gota, he hecho dueña el habito de no tomar nada en ninguno de estos lugares, nunca se sabe lo que podría pasar.

Mi teléfono empezó a sonar y lo tomé, viendo que es aquel por el cual los niños nos llaman y efectivamente eran ellos. Miré la hora y son las ocho de la noche, simplemente dejé que vibrara ya que InHo estaba cerca de nosotros, de todos modos al no contestar tendrán un mensaje de voz.

-Ven, debemos de presentarte a nuestro nuevo socio- mencionó uno de aquellos hombres y Taehyung volvió a tomar mi mano, apreté la suya al ver que nos acercábamos a aquella doña reservada en donde se encontraba Miller.

Y sentí en mí, un inmenso asco cuando sonrió en nuestra dirección.