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El golpe que recibí en mi estómago producto a la patada de mi hija fue lo que me hizo despertar. Abrí mis ojos y encendí la lámpara de noche que había en la mesita y suspiré mientras sonreía al ver como mi hijo estaba en la esquina de la cama mientras AeJin tenía todo el medio para ella. La acomodé y me levanté de la cama apagando de nuevo la lámpara e ir en busca de aquella mujer que se suponía que debía de estar junto a nosotros en la cama.

Salí de la habitación con mi torso desnudo mientras alborotaba mi cabello y me detuve en la sala al verla sentada en el sofá con una taza en sus manos.

-¿AeJin tampoco te dejó dormir?- mencionó y negué mientras reía, me senté a su lado, ella subió sus piernas hacia las mías.

-Es un remolino mientras duerme- ella asintió y tomó de un poco de lo que había en el objeto en sus manos y luego me brindó, sonreí tomándolo al ver que era chocolate. La dejé vacía encima de la mesa de centro e hice que ambos nos acomodamos en el sofá.

-¿No tienes frío?- acarició mi torso y mis hombros y negué mientras yo no dejaba de mirarla, adorarla - ¿Hay algo que quieras decirme? -

-Estoy orgulloso de ti- solté y ella me miró confundida pero aún así río.

-¿Por qué me sueltas eso de momento?-

-Por todo lo que has pasado, hemos pasado y aún así te mantienes fuerte -

-¿Tú no lo eres? - me interrumpió- Siempre has logrado mantenerte de pie, sea cual sea la situación lo has logrado- me besó - Hemos pasado por muchas cosas y se que una de las fortaleza de ambos es que nos tenemos el uno al otro, además de tener a unos dos hermosos remolinos como hijos -

-Si - reí junto a ella y volví a besarla - Mañana iremos atrás de Miller - asintió despacio soltando un suspiro de pesadez.

-Solo te diré que tengan cuidado, por favor, lleven todos los mecanismos necesario para que ese hijo de puta no pueda escapar- asentí entrelazando mi mano con la suya.

-Lo tendremos, muñeca - dejé en beso en su frente - Ahora vamos, durmamos en otra habitación, ahora es que son la una de la mañana - me levanté y ella alzó sus brazos, la tomé entre los míos mientras ella me abrazaba como koala y pesaba a dejar besos en mi cuello, en cambio yo, coloqué mis manos en sus glúteos mientras caminaba para ir hacia otra habitación.

Ya Thais no tenía aquel suero en vena pero aún debía de hacer reposo, hoy en la tarde vino al doctora y dijo que todo estaba en orden.

-Amor - se despegó de mí y tuve que aguantarla más fuerte.

-Mmm- abrí la puerta de ella habitación.

-¿Intentamos darles un hermanito o hermanita a los niños?- me detuve para mirarla.

-Muñeca - mordí mi labio sin saber que responderle - No creo que sea el mejor momentos para pensar en eso - volvió a poner sus pies en el piso y se alejó un poco de mi mirándome molesta- Esperemos ¿sí?. No es algo seguro de que mañana podamos capturar a Miller, el podría intentar hacer cualquier cosa -

-Tienes razón - se alejó más de mi y fue hacia la cama para acostarse en ella y darme la espalda mientras se cubría con aquella manta - cerré la puerta detrás de mí y me asegure en ver el grado de calefacción de la habitación y me acosté junto a ella abrazándola desde atrás entrelazando nuestros piernas.

-Te amo, muñeca y créeme que si quieres diez pequeño corriendo por la casa los tendremos - la oí reír y dejé un beso en su hombro - Pero no puedo volver a arriesgarlos de la manera en la cual ya lo he hecho - se alejó de mí y volteo a verme.

Señor Kim 2 ||KTH|| +18 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora