Capítulo 8. pt1

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No podía dejar de estar nerviosa, Cheng estaba a mi lado desayunando. Todos me veían con rareza, mi frente sudaba y ellos se daban cuenta.

—¿Tienes fiebre?—Dijo Pang tocando mi frente.

Sentí un carraspeo, Cheng me miró analizandome.

—¿Acaso te enfermaste?—Dijo tocando mis mejillas.

Sentí mi rostro enrojecer, Cheng me sonrió.

—Parece que Cheng hizo efecto—Dijo Kat en un susurro.

Agarre una uva del plato y se lo lance el el rostro.
El hizo una mueca, pero después me soenio moviendo sus cejas de arriba a abajo.

—Bien, acabe de comer—Dije, pero iba a levantarme de la silla cuando siento una mano en mi muslo.

—Aun no acabas, ven. Abre la boca—Dijo.

Abrí mi boca, vi que dirigió la cuchara con avena a mi boca. Me está dando de comer.

Baje mi mirada avergonzada.

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Yacía en mi habitación aplicando una mascarilla facial, pues, había visto que ponía mi rostro más suave.

—¿Esto será verdad?—Dije mirando las instrucciones.

Sonreí levemente, ¿Que tal si se lo ponía a Cheng?

El aceptará, claro, rogándole pero aceptará.

Rápidamente salté hacia mí cama riendo maliciosamente, no sabrá que nunca use ese tipo de mascarilla facial.

Oí que dolía al sacarlo, pues, era de carbón.

"Cheng, ven a mi habitación :)"

Esa carita no era para nada inocente, esa carita mostraba la malicía.

La puerta se abrió mostrando a Cheng, yo sonreí levemente.

Cerro la puerta y se acercó a mí con seriedad.

—Cheng, tu sabes que te quiero mucho ¿Verdad?—Dije con una sonrisa inocente.

—¿Que quieres?—Dijo cruzandose de brazos.

—Lindo chico, ¿Que te parece si te pones una mascarilla facial?—Dije mostrándole el empaque.

El lo miró y negó rápidamente.

—Oh, vamos. Tú me lo pondrás, así que estamos empate—Dije.

El frunció el ceño pensándolo, por favor que diga que si.

Asintió levemente.

Lo hice sentar en mi cama, vi que su rostro ya estaba lavado. Sonreí echándole la mascarilla, el se quejó diciendo que estaba fría. Yo dije que era normal, en realidad no sabía si era normal o no; simplemente suponía.

Sonreí al ver su rostro lleno de la mascarilla facial.

—Listo, te vez lindo. Ahora, ponmelo—Dije extendiendole la mascarilla.

Estas mascarillas eran en crema, esas que se sacaban a tirón y que te sacaban todo lo malo.

El me lo aplicaba con mucho cuidado, como si fuera lo último que haría. Me lo aplicaba con suavidad, no era brusco o algo asi; lo miré con adoración.

Sin duda me había enamorado de la mejor persona que existe.

Esperamos un largo rato esperando que esta  se pudiera dirá así para ya sacarlo.

Mientras le hacia masajes echándole crema para manos a Cheng, el me miraba solo a mi.

Me gusta sus manos, me gusta agarrar sus manos. Estas son tan grandes y fuertes como el.

Toqué su rostro para ver si la mascarilla racial ya se había endurecido.

Al ver que ya había endurecido, lo saque con cuidado. Pude escuchar el jadeo de Cheng, si dolía.

—Lo siento, es que estas te sacan todo lo malo; es por eso que duelen—Dije mientras lo quitaba con cuidado.

Puso su rostro serio, pero sabía que por dentro le dolía mucho.

Vi su rostro algo rojo, lo acaricié con delicadeza, efectivamente este yacía suave.

—Mi turno—Dijo sonriendo.

Sentí el temor recorrer por todo mi ser.

Solo esperaba que no fuera tan malvado.

Pero efectivamente no fue brusco, me lo quito con mucho cuidado. Veía las muecas que hacía ante mis quejidos, pidiendo perdón.

...

Esa sonrisa tuya       |Lu SiCheng|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora