Capítulo 6.

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Las críticas iban aumentado, insultando e humillando a Tong Yao.

"No querrás robarle en corazón a nuestro capitán"

"No te compararás jamás con nuestra Jia"

"Eres una perra que solo quiere fama, largo"

"Una mujer más, que humillante"

"Jia es más hermosa que tú"

"Eres una basura, largate del equipo"

Negaba viendo las críticas, Tong Yao se encontraba triste.

Yo la abrace intentando hacerla sentir animada.

—¿Como es no centrarse en los malos comentarios? Seguro mis padres estarían regañandome y viendo ya para acá—Dijo cabizbaja.

—Cualquier problema lo afrontaremos todos, no te agobies—Dije abrazándola.

Ella asintió.

Cheng solo miraba la escena sin ninguna expresión.

—Debemos practicar para la próxima batalla—Dijo volteandose para centrarse en el juego.

Yo asentí sentandome a su lado.

El simplemente se mantenía centrado en el juego, ya casi no me prestaba tanta atención como antes lo hacia.

Yo pensé, una razón no tan confiable era que estaba algo estresado.
Pero no sabía cómo quitarle ese estrés, quizá haciéndole un delicioso té se le pasaría.

Al acabar la partida el simplemente se fue a su habitación sin siquiera decir nada.

Ellos se habían acostumbrado a que haga eso, pero conmigo a la vista nunca lo hacía. ¿Por qué ahora si lo hacía?

—Uhm, iré a buscar ropa para mi pequeña coneja—Dije levantándome de el asiento.

Ellos a sintieron conversando así incluyendo a Tong Yao.

Yo fui a paso rápido a la habitación de Cheng.

Toque cuatro veces su puerta, un "pase" se escuchó.

Me adentré a la habitación así oliendo su perfume, su habitación ordenada mientras el solo estaba acostado mirando el techo.

Cerré la puerta a mi detrás, lo mire intentando recordar que era lo que iba a decirle.

—¿Viniste solo para verme?—Dijo serio.

¿Que le sucedia? ¿Por qué me hablaba de esa forma?

—¿Que te sucede?—Dije sentandome al lado de él.

El me miró serio, fulminante.

—No te di la autorización se sentarte o agarrar mis cosas—Dijo al ver que agarraba un peluche, el que yo le regalé.

Me levanté enojada ante lo dicho.

—Si estas pasándola mal, lo siento mucho. Pero eso no quiere decir que te la desquite conmigo, yo también soy un humano y siento—Dije exaltada.

El asintió sin importancia.

—¿Me vas a decir que te sucede?—Dije frunciendo el ceño.

—No tengo porque estar diciendote mis asuntos personales—Dijo levantándose.

Yo fruncí el ceño, ¿Por que me estaba tratando de esa manera?

—¿Por qué me tratas de esa menera? ¿Acaso hice algo para enojarte? Si es así te pido una disculpa—Dije cabizbaja.

El me miró con enojo.

—Quiero que te vayas de mi habitación—Dijo.

Yo levante mi rostro, sentía mis ojos aguarse ante el tono horrendo que estaba utilizando conmigo.

—No me trates de esa forma, sabes que.. Me duele la forma con la que me hablas, yo de igual manera siento al igual que tu sientes—Dije quitando mis lágrimas.

—No me importa si sientes o no, yo no te pregunté eso. Te pido que te vayas de mi habitación, quiero estar solo—Dijo apretando sus puños.

Yo negue acercándome a él.

—No quiero dejarte de esta manera, si hay algo en lo que puedo ayudar.. - —Dije pero el se acercó a mi dándome un empujón casi haciéndome caer.

—No me interesa, no ayudas en nada. ¿Que no te das cuenta? Con tan solo tu presencia me irrita, me irrita que seas tan pegada a mi, empalagosa. Me irrita ver que te comportas como una infantil, me irrita tan solo verte. Ahora ya largo—Dijo, sus ojos se veían rojos. Como si quisiera llorar.

Yo..

La voz en mi cabeza se arrepentía, lo mejor era que me aleje de él y que no le hable a menos que sea de trabajo. No quería que esto volviera a sucwdwr y sentirme como una estúpida.

—Perdón, prometo que no volverá a suceder, Cheng—Dije.

—No quiero que me hables, me irrita. No quiero nada que venga de ti, y no quiero que vuelvas a tutearme—Dijo.

Yo asentí quitando mis lágrimas.

Camine hasta la puerta, la cerré lentamente mientras me insultaba a mi misma.

Todo estaba callado, estaba segura que todos habían escuchado lo sucedido.

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Había cambiado de puesto, ahora Tong Yao se encontraba al lado de Cheng, y yo solo me encontraba al lado de Pang.

No le hablaba, pero a veces sentía su mirar.

Habíamos ganado de nuevo, una partida de práctica.

—¿No quieren ir por algo de comer? Yo invito—Dijo Pang.

Todos a sintieron, yo negué levemente.

Tenía que ir a visitar a mis padres a petición de ellos, si no lo hacía seguramente vendrían aquí a hacer pelea.

—¿No iras?—Dijo Cheng.

—No, gracías por la invitación Pang. Pero no iré—Dije.

—¿Quieres que te acompañemos?—Dijo Cheng interesado. Yo negue con una media sonrisa.

—Se lo agradezco Cheng, pero prefiero ir en un taxi. Gracias por su preocupación, me retiro—Dije yendo a mi habitación.

Escuchaba los susurros d emis compañeros dirigiéndose de mala manera a Cheng.

El solo se mantenía callado.

Alisté un poco de ropa.

Ir a esa casa seria un completo infierno.

...

Esa sonrisa tuya       |Lu SiCheng|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora