Capítulo 7.

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Los chillidos de mi madre son realmente hartante, escucharla regañarme por todo también lo era.

—¿¡Me estas escuchando!?—Dijo mi madre pellizcando mi brazo.

Solté un quejido apartandome de ella.

—Mamá, si te estoy escuchando—Dije acariciando mi brazo lastimado.

Ella me miró fulminante.

—Te decía que me debes de dar dinero—Dijo mirando a otra parte.

Yo alcé una ceja sin poder entender.

Negué

Vaya error que cometí.

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Me había puedo la capucha en mi cabeza y así tapando todo mi rostro, caminaba cabizbaja hasta llegar a mi hogar.

No traía dinero, solo a mi golpeada.

Al adentrarme los demás me vieron alegre pero yo pasé de largo con la mirada gacha.

No pudieron verme..

Fui a paso rápido a mi habitación, no quería que me dijeran el porque no mostraba mi rostro.

Rápidamente me pisen una base para que cubrieran todos mis hematomas.

Pero esta no pudo ser cubrida.

La puerta sonó, alguien había entrado sin permiso.

Rápidamente tapé mi rostro temblando del miedo

—¿Que te sucede?—La voz de Cheng se hizo presente.

Yo negue rápidamente, mire a otro lado.

—Muestra el rostro—Dijo serio.

—Gracias por su preocupación, Cheng. Pero me encuentro bien—Dije temblando.

Sentí los pasos cerca, Cheng me agarro mis manos manos separandolas de mi rostro.

Su boca se entreabrio mirándome todo el rostro.

—¿Quien te hizo eso?—Dijo.

Yo negué rápidamente—Me caí—Dije mirándolo al suelo.

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Todos estaban reunidos mirándome esperando alguna respuesta.

—Me caí, saben que soy muy torpe—Dije moviendo mi pie repetidas veces.

—Esos golpes no se hacen solo por una caída—Dijo.

—Yo... —Dije.

Mis manos empezaron a temblar, sabía que estaba mal mentir, pero tenía miedo de qu ellos volvieras a hacerme daño.

—Llamaremos a tu madre—Dijo Rui.

Yo me leventé rápidamente negando, todos me vieron asustados por mi reacción.

—Por favor, no la llamen. Les diré todo, pero no la llamen—Dije abrazándome a mi misma.

Ellos asintieron, Cheng se quiso acercar a mi para que sea mi apoyo, pero me alejé de él pensando en las palabras que me dijo aquel día.

Les había contado good y detalle de lo que ellos habían hecho conmigo.

Sacaron todo mi dinero para ellos y me golpearon por defenderme.

Esos, se hacían llamar padres.

—Lamento mucho por lo que te ocurrió—Dijo Pang abrazándome.

Quería que todo se borrará de mi mente, quería no volver a llorar de nuevo..

¿Mami y papi ya no me querían? No, ya no me querían.

—No sientan lástima por mi, solo eso—Dije.

Al levantarme del asiento un enorme mareo me hizo casi caer al suelo, si no es por Cheng, iría al suelo.


Al abrir mis ojos pude ver que estaba es mi habitación, Cheng acariciando mi cabello.

—¿Que me sucedio?—Dije entreabriendo mis ojos.

—Te desmayaste—Dijo acariciando mi mejilla.

El sonrojo se hizo presente, el me miraba con cariño. Como en un principio, como si nada hubiera sucedido.

—¿Donde están los demás?—Dije.

—Están abajo, les dije que me dieran privacidad para poder hablar más cómodo contigo—Dijo.

Yo asentí.

—¿Por qué actúas cómo si no me hubieras dañado?—Dije con los ojos llorosos.

El negó—No sabes cuán arrepentido estoy de haberte dicho tales cosas tan hirientes, no sabía lo que hacía; no sabía cómo tratar a la chica que amo—Dijo lentamente.

Mi corazón latía con rapidez, como alguna gente decía. Después de lo malo, aparece lo bueno..

—¿A la chica que amas?—Dije confundida.

—¿Como es que no lo lograste entender?—Dijo.

—¿Acaso..?—Dije, ¿Acaso soy yo la chica a la que ama?

—Si, Jia. Eres tu a la chica a la que amo, pero yo lo arruiné, disculpa—Dijo.

¿Cheng pidiendo perdón? Eso es algo nuevo.

—Cheng.. - —Dije, pero el me interrumpió.

—Si no sientes lo mismo, solo quiero que no te alejes—Dijo quitando su mano de mi mejilla.

Yo negue frunciendo el ceño.

—Cheng, estiy enamorada de ti desde el primer día que te ví. ¿Por qué nunca te percataste?—Dije.

El entreabrio sus labios, mirando mis labios. Intentando decir algo, pero nada salía de ellos.

Sentí su respiración cerca de mi, lentamente cerré mis ojos esperando el beso.

Llegó, siendo a penas un choque. No llegaba a llamarse beso porque no lo fue.

—Perdoname, Jia—Dijo acariciando mis mejillas.

—Te perdono, Cheng—Dije.

Es mutuo, el sentimiento nuestro es mutuo..

Esa sonrisa tuya       |Lu SiCheng|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora