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Rumores

Algo que odiaba el rubio era los rumores, desde que entró a la empresa, empezó a escuchar aquellos molesto chismes que probablemente no sea del todo cierto, era algo que le molestaba, ya que en la primera semana que había entrado a trabajar se llevó la atención y uno que otro rumores sobre el.

Y justo ahora estaba cerca de varias mujeres diciendo tal vez chismes sobre cualquier, sin duda no quería estar ahí, pero le había encargando sacarle copia algunos papeles, trato de ignorar las mujeres, siguió en lo suyo pero en eso escucho el nombre el castaño.

–Estas diciendo que el jefe de la empresa va venir a vernos a trabajar. –había dicho una bella mujer de ojos de colores mientras se sorprendía.

–Si a si es, dice que es alguien muy atractivo. –suspiro una de las mujeres.

– Tengo entendido que su nombre es Mason pines. –hablo otra mientras ponía su dedo en su mejilla.

El rubio volteo a ver a las mujeres al escuchar el nombre del castaño, pero lo que más le llamo la atención es que aquel niño podría ser el jefe de esta compañía, movió su cabeza de un lado a otro para agarra los papeles y alejarse, no iba a caer en esos rumores tan tontos, en fin de cuenta era puros chisme que lo más probable es que sea falsos.

Después de que terminó de entregar los papeles, fue a la cafetería, entre toda la gente busco a Miriam, se sentía más agusto sentada alado de aquella mujer que de estar rodeada de puras jóvenes entres 20 y 30 años que solo lo quería para coqueteos y pedir su número de teléfono, aún que agradecía de no tener uno.

Se sentó alado de Miriam para empezar a comer, la vida de un adulto se le hacía tan fácil y tranquilo, sin ningún problema, aún que le daba lastima aquellas persona que tenía una familia.

–Como sigue joven Bill. –el rubio la volteo a ver

–Estoy bien.

–Ya no le duele la entrepierna. –Miriam solo soltó una pequeña risa

Mientras que el rubio casi se atragantaba con sus propia comida, se dió varios golpes en el pecho mientras empezó a toser un poco, se arrepentía de a verle dicho que trato de barrer en la habitación donde se había quedado y termino golpeando se en la entrepierna.

–No se valla ahogar. –le dió un vaso de agua.

El rubio no dudo en agarro para beber, después de que estuvo mejor miro a la señora, Miriam no pudo evitar reírse más, el rubio solo suspiro para seguir comiendo, odiaba las emociones humanas, porque aún que el siquiera enojarse con aquella mujer no podía, y aún que no nunca lo iba admitir es que ya le agradaba la compañía que aquella mujer.

Después de terminar de comer, se levantó, camino junto alado de Miriam para a si regresar los dos junto a su lugar de trabajo, aún que estuviera callado los dos no era para nada incómodo.

–Dicen que el jefe va venir a ver nuestra área de trabajo. –dijo aquella dama.

–Solo son rumores de aquellas chismosas.

–Pero aun a si, tenemos que demostrar que somos un equipo que trabaja bien.

–Yo solo veo puras chismosas en nuestra área de trabajo. –se acerco a su lugar.

–Sigues enojado con ellas.

–No es para nada agradable que me siga molestando, no tengo planeado salir con ninguna. –puso sus dedos en el teclado para empezar a trabajar

Miriam solo sonrió y se sentó para seguir con su trabajo, el rubio tenía toda su atención en aquel aparato, pero su tranquilidad fue interrumpida por la voz de una de sus tantas compañera, con algo de fastidió volteo a ver aquella joven chica le había hablando.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora